Venezuela registró una
contracción de su economía de 16,5 por ciento en 2016, según el reporte
anual enviado esta semana por el gobierno de Nicolás Maduro a la
Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos.
El país con las mayores reservas de crudo del mundo atribuye el desplome tanto a la caída de 9,9 por ciento del sector petrolero, como del 16,1por ciento del resto de la economía.
El informe económico, recibido el jueves por la SEC, reporta además una inflación de 274,4 por ciento, y una tasa de desempleo de 7,5 por ciento en el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2016.
Además, da cuenta de una pronunciada baja de las importaciones venezolanas en 2016, cuando las compras sumaron $16,370 millones, la mitad de los $33,308 millones del año anterior.
En su reporte, Caracas reconoce que desde 2015 existe “un creciente malestar político y social” por la escasez de bienes de consumo básicos, y un “acceso limitado a las importaciones”, que atribuye a restricciones monetarias. También señala la existencia de “contrabando, acaparamiento y otros problemas de distribución”.
Por otra parte, admite que 9,3 por ciento de los venezolanos eran extremadamente pobres hasta 2015 (últimos datos disponibles), un aumento con respecto al 6,0 por ciento de 2012.
La SEC, como agencia encargada de proteger a los inversionistas y mantener la integridad de los mercados de valores, exige anualmente información económica detallada de gobiernos extranjeros que emitan deuda en Estados Unidos.
Venezuela atraviesa una aguda crisis económica que se intensificó en 2014 con la caída de los precios del crudo, fuente de 96 por ciento de sus divisas.
Los venezolanos lidian con la falta de alimentos y medicinas y una espiral hiperinflacionaria que, según analistas, escalará por encima de 2,000 por ciento en 2017.
El país con las mayores reservas de crudo del mundo atribuye el desplome tanto a la caída de 9,9 por ciento del sector petrolero, como del 16,1por ciento del resto de la economía.
El informe económico, recibido el jueves por la SEC, reporta además una inflación de 274,4 por ciento, y una tasa de desempleo de 7,5 por ciento en el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2016.
Además, da cuenta de una pronunciada baja de las importaciones venezolanas en 2016, cuando las compras sumaron $16,370 millones, la mitad de los $33,308 millones del año anterior.
En su reporte, Caracas reconoce que desde 2015 existe “un creciente malestar político y social” por la escasez de bienes de consumo básicos, y un “acceso limitado a las importaciones”, que atribuye a restricciones monetarias. También señala la existencia de “contrabando, acaparamiento y otros problemas de distribución”.
Por otra parte, admite que 9,3 por ciento de los venezolanos eran extremadamente pobres hasta 2015 (últimos datos disponibles), un aumento con respecto al 6,0 por ciento de 2012.
La SEC, como agencia encargada de proteger a los inversionistas y mantener la integridad de los mercados de valores, exige anualmente información económica detallada de gobiernos extranjeros que emitan deuda en Estados Unidos.
Venezuela atraviesa una aguda crisis económica que se intensificó en 2014 con la caída de los precios del crudo, fuente de 96 por ciento de sus divisas.
Los venezolanos lidian con la falta de alimentos y medicinas y una espiral hiperinflacionaria que, según analistas, escalará por encima de 2,000 por ciento en 2017.
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