“Regresé del permiso navideño a la
unidad el 10 de enero de este año y no había comida. Nos tocó
organizarnos para comprar entre todos: uno harina, otro queso y otras
cosas. Muchas veces le llevamos las cosas a una señora de la zona que
nos cocina. Nos aliviamos un poco porque, la semana
pasada, nos enviaron
un pernil luego de un acto con el presidente Maduro en Caracas.
Hablamos con nuestro superior para irnos y nos dijo que esperáramos
porque esto se va a solucionar. Hasta han pensado en que trabajemos 15
días y 15 días nos envíen para la casa”, contó un sargento primero,
adscrito al Destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana en Carmen de
Uria, en Vargas.
El testimonio del militar forma parte
de las incidencias que se han reportado en varias unidades castrenses
sobre la escasez de alimentos para las raciones de los soldados. Hace
unos días medios regionales denunciaron una situación similar en el 321
Batallón de Caribe G/D Pedro Zaraza, en el estado Anzoátegui.
El presidente de la Comisión
Permanente de Seguridad y Defensa de la Asamblea Nacional, diputado
Edgar Zambrano (AD), indicó que investigarán las denuncias que han
recibido sobre militares a quienes les dan licencia para que pasen unos
días al mes en sus domicilios dada la imposibilidad de proveerlos de las
raciones completas de comida.
“Se han recibido denuncias sobre la
escasez de alimentos del personal de tropa, así como de deserción por el
mismo motivo. Citaremos al ministro Vladimir Padrino López; al
comandante general de la GNB, mayor general Richard Jesús López Vargas, y
a los jefes de las Zonas Operativas de Defensa Integral. Un gobierno
que vive de manera permanente en una guerra imaginaria, cómo va a
hacerle frente a la preparación de tropas y el personal técnico si el
primer problema que tiene es el hambre en los cuarteles”, señaló
Zambrano.
El parlamentario cuestionó que el
Ejecutivo insista en colocar a jefes militares en la distribución de
alimentos, en vez de estar enfocados en el control y defensa de la
soberanía: “Y encima no son capaces de abastecer a sus hombres”.
El general retirado Manuel Andara
Clavier, miembro del Frente Institucional Militar, señaló que
tradicionalmente en la institución castrense, en algunos momentos, “se
les daba salida general a los soldados para aliviar las cargas, pero en
estos tiempos la situación se agrava porque los muchachos tampoco tienen
qué comer en sus casas”.
El oficial, que comandó tropas en la
Fuerza Armada, señaló que el desabastecimiento ha tocado los rincones de
todas las unidades castrenses, al punto de que la situación es delicada
en el Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo de Caracas. Refirió que allí
hay limitaciones para la dieta de los miembros de la institución que
están recluidos como pacientes.
Seguridad por comida. La
presidente de Control Ciudadano para la Seguridad, Defensa y Fuerza
Armada Nacional, Rocío San Miguel, señaló que en 2017 tuvieron
conocimiento del desabastecimiento en las escuelas de formación militar,
donde se estira la comida para paliar la crisis. Calificó de dramática
la situación en las escuelas básicas castrenses.
“En los batallones donde es
obligatorio dar la comida se organizan por destacamentos para evitar un
mayor grado de dificultad y de penurias. Esto tiene que ver tanto con la
cantidad como con la calidad de lo que se consume. Hemos recibido
información de que esta realidad ha afectado a la tropa en algunas
unidades de los estados más grandes como Amazonas, Anzoátegui, Bolívar,
Guárico, Lara, Monagas y Zulia”, indicó.
San Miguel señaló que en muchos casos
los efectivos establecen relación con los comerciantes de las zonas
aledañas: “Canjean comida por prestar seguridad. Eso los convierte en
mercenarios. Pasa de ser una Fuerza Armada autónoma para pasar a
depender de unos benefactores que no son aptos ante la ley”.
Para la analista castrense esa
realidad socava la moral castrense y pone en riesgo la efectividad de
los planes operativos. “Aunque los militares están al frente de la Gran
Misión Abastecimiento, mueven los recursos y llevan los insumos, en el
desagregado no intervienen. Están en el negocio, pero no en la
distribución de alimentos. El gobierno insiste en que la Fuerza
Armada tiene 300.000 efectivos o más. Supongamos que son entre 150.000 y
300.000 uniformados; entonces, ya que los militares son responsables de
la misión, deben procurar abastecer a la tropa”, enfatizó.
Manejo militar. Fue
en julio de 2016 cuando el presidente Nicolás Maduro encomendó al
ministro de la Defensa, general en Jefe (ejército), Vladimir Padrino
López, el control de la Gran Misión Abastecimiento Soberano.
“Nosotros como gobierno, como Estado,
y todos los actores económicos del país, estamos moralmente obligados a
garantizar el derecho a la alimentación del pueblo”, aseveró el alto
oficial el viernes cuando informó que las empresas productoras de
alimentos fueron notificadas sobre el incumplimiento de la Ley de
Precios Acordados.
Padrino López destacó ese mismo día
la llegada al país de más de 1.500 contenedores de combos de los CLAP.
Presentó la medida como parte “de la política de protección al pueblo
por parte del gobierno bolivariano”.
En 2013 el presidente Maduro señaló
que con la creación de La Zona Económica Militar Socialista se
abastecería de alimentos y uniformes a la FANB. “La Fuerza Armada está
en capacidad de producir sus alimentos y nosotros tenemos dónde
producir. La idea sería que genere una actividad económica en beneficio
del país”, señaló.
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