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lunes, 29 de enero de 2018

El planeta sí tiene quien lo quiera




Foto: Archivo
Foto: Archivo

Redacción 2001 | r2001@bloquedearmas.com
Se les ha llamado ecologistas, En el año 2003, y en alianza con la Asociación de Productores de Café de Ospino, iniciamos el Programa de Desarrollo Sustentable del Municipio Ospino. Ambientalistas, verdes, come flores, pero por encima de los calificativos, unos muy elevados y otros peyorativos, la preocupación por nuestro planeta como hogar para millones de personas, se impone, pese a las dificultades.


En esa palabra “dificultades” coinciden tanto el consumidor descuidado que arroja una botella plástica desde su carro, hasta el país que incumple con los tratados internacionales para reducir los elementos que conspiran contra el ambiente.
Hoy, Día Mundial de la Educación Ambiental se hace propicio para sacar un balance de cuánta conciencia han despertado los esfuerzos de muchos adelantados por mantener un mínimo de condiciones de vida en la tierra.
Si pareciera insuficiente un día para dedicárselo a estas cuentas, el próximo domingo es el Día Mundial de la Reducción de las Emisiones de CO2 o Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre.
Ingreso oficial. Venezuela tiene una participación privada activa en los movimientos ambientalistas. La Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales (1929), la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle (1940), la Fundación Phelps (1949) y la Fundación La Salle de Ciencias Naturales se cuentran entre los pioneros.
No era precisamente un inicio con ánimos de divulgación masiva de conductas ambientalistas, pero no obstante ese trabajo científico, de alta factura sensibilizó a varias generaciones.
Igual partido en el tema asumen más adelante otras ONGs y fundaciones producto de la iniciativa de ciudadanos, en alianza con empresas concientes de su papel social.
Con financiamiento limitado en unos casos y con apoyo sustancial de grupos similares en el exterior, la labor educativa se difunde en todo el país.
Es remarcable la experiencia acumulada de la Sociedad Amigos del Arbol-Sadar- bol (1984), Azul Ambientalistas (1986), Provita (1987) y la Sociedad Científica Amigos del Parque Nacional Henri Pittier (1988).
Ingreso oficial. La iniciativa gubernamental toma cuerpo en el año 1976 con la firma de Ley Orgánica del Ambiente. Ese primer paso oficial expresa que para lograr la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente debe existir una orientación en los procesos educativos y culturales a fin de fomentar una conciencia ambiental.
Un año más tarde, se crea la Fundación de Educación Ambiental adscrita al Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables (MAR- NR), hoy Ministerio del Poder Popular para el Ambiente.
En los años ochenta , el tema del ambiente entra en las aulas y los programas escolares imparten las primeras líneas de lo que debe ser la protección ambiental.
Sin embargo, es en 1999 que la iniciativa adquiere rango constitucional afirmando su obligatoriedad en las escuelas.
Compromiso hemisférico. En 1972 la Declaración de Estocolmo pone fin a la indiferencia hacia los temas ambientalistas.
El manifiesto es determinante “ Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos y que preste la debida atención al sector de población menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspiradas en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana…”
Retrasos. Venezuela no es diligente en sus políticas ambientalistas, de acuerdo a la Fundación Tierra Viva, que advirtió un retraso de doce años en el reporte de sus acciones a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2018.
Contrasta la demora con la activa participación de muchos países latinoamericanos que en menos tiempo, han presentado varios informes.
Objeta también esa fundación, la desactualización de datos en lo que concierne a las emisiones de gases invernadero.
Educación urbana. La crisis económica ha traído al primer plano el tema de la bolsa plástica que, si bien otras sociedades ha sido sustituída por las bolsas ecológicas, el público venezolano se resiste a ponerle fin.
Otros desafíos, ya de carácter global son las latas y las botellas plásticas, cómplices en la contaminación, con sus enormes problemas de biodegradación.

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