Foto: Archivo
EFE
La Organización de Estados Americanos (OEA) retomó
este viernes 23 de febrero el debate sobre la crisis y aprobó una
resolución contra las elecciones presidenciales de abril, justo ocho
meses después del fracaso del documento impulsado en su Asamblea General de Cancún (México).
Los embajadores de la OEA decidieron el año pasado elevar el tema de
Venezuela a sus cancilleres, pero para aprobar un texto en una reunión
de ministros se necesitan 23 apoyos, una cifra que se les escapó en
Cancún por la retirada, en el último momento, de cuatro naciones
caribeñas.
En el Consejo Permanente, donde están los
embajadores, solo se necesitan 18 votos, la mayoría simple de los 35
Estados miembros del organismo, para aprobar una resolución.
El texto de este viernes salió adelante con 19 apoyos -los mismos que
tuvo el documento de Cancún-: Bahamas, Santa Lucía, Argentina,
Barbados, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos,
Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Jamaica, México, Paraguay, Uruguay y
Perú.
En contra se pronunciaron Venezuela, Bolivia, Surinam, Dominica y San Vicente y las Granadinas.
Se abstuvieron Ecuador, Nicaragua, El Salvador, Haití, República
Dominicana, Belice, San Cristóbal y Nieves, y Trinidad y Tobago.
Un gran bloque de países caribeños que ha recibido durante años petróleo venezolano subvencionado salvó en junio en Cancún al presidente Nicolás Maduro de una condena regional que se había negociado en la OEA y en las cancillerías durante meses.
Tras constatar la imposibilidad de aprobar una resolución de
cancilleres en la OEA, 14 países decidieron crear el Grupo de Lima y se
han ido reuniendo desde entonces en las diferentes capitales para
expresar sus denuncias sobre la crisis venezolana.
Se trata de un bloque de naciones que suma más del 90 % de la
población americana: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa
Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, a quienes
Estados Unidos apoya desde fuera del grupo.
Parecía así que la OEA había quedado al margen del debate venezolano,
pero anoche saltó la sorpresa de la convocatoria de un Consejo
Permanente extraordinario hoy viernes para aprobar una resolución contra
las elecciones presidenciales convocadas para el 22 de abril en
Venezuela.
El viceministro venezolano para América del Norte y representante en
la ONU, Samuel Moncada, acudió a la OEA a batallar para que no se
celebrara la sesión, al considerarla "solo un intento de linchar" a su
Gobierno.
Le ayudó en ese cometido el embajador boliviano, Diego Pary, pero sus
repetidas denuncias sobre que la reunión no se ajustaba a la normativa
del organismo solo consiguieron retrasar su inicio.
Moncada, preguntado por Efe tras la sesión, restó importancia a que
aliados de Venezuela como Ecuador y Nicaragua decidieran esta vez
abstenerse en lugar de votar en contra del texto.
"Tengo un profundo respeto por los que se abstuvieron y por los que
votaron en contra. No tengo explicación individual de por qué lo
hicieron (abstenerse), pero los respeto porque sé que no quieren afectar
a Venezuela ni hoy, ni lo han hecho en el pasado", indicó.
Para Moncada, la reunión de hoy es "un intento de encender la
violencia" en Venezuela y subrayó que esto hace que su Gobierno
corrobore su decisión de salir del organismo, algo que será efectivo el
28 de abril de 2019.
La resolución aprobada es, en su opinión, "una agresión de un grupo
de Estados que pretenden tutelar a Venezuela" bajo la "orden" dada, a su
juicio, por el secretario de Estado, Rex Tillerson, en su gira
latinoamericana de principios de mes.
En el documento, los países "consideran" que la convocatoria de
comicios presidenciales para el 22 de abril en Venezuela "imposibilita
la realización de elecciones democráticas, transparentes y creíbles de
conformidad con las normas internacionales".
Resuelven, así, "exhortar al Gobierno de Venezuela a que reconsidere
la convocatoria prematura de elecciones presidenciales y presente un
nuevo calendario electoral que haga posible la realización de elecciones
con todas las garantías necesarias para un proceso libre, justo,
transparente, legítimo y creíble".
Además, piden que las elecciones "incluyan la participación de todos
los partidos y actores políticos venezolanos sin proscritos de ninguna
clase", "observadores internacionales" y "un Consejo Nacional Electoral
cuya composición garantice su independencia y autonomía".
El texto fue aprobado en un Consejo celebrado en la sede de la OEA en
Washington a solicitud de México, Estados Unidos, Argentina, Brasil,
Panamá y Santa Lucía.
Chile, que tiene la presidencia de turno, se sumó después a la iniciativa. |
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