Los apagones se han multiplicado en las últimas semanas en todo el país, principalmente en el centro y occidente. En el sur de Bolívar, desde la tarde del sábado hasta la tarde del domingo, una interrupción eléctrica dejó sin servicio a las comunidades al sur de la entidad desde el municipio Roscio hasta el norte de Brasil, en donde al menos 10 localidades, incluida Boa Vista, la capital del estado de Roraima, se surten de las hidroeléctricas venezolanas. Así lo reseña correodelcaroni.com
Por María Ramírez Cabello
Tras más de 18 horas de interrupción eléctrica, el servicio fue restituido, pero una vez más en la madrugada se registró una falla que dejó sin luz a las comunidades de Guasipati, El Callao, Tumeremo y El Dorado.
En Bolívar, la primera interrupción fue cargada a la caída de unas ramas sobre la Línea de 400 MW que va desde la central hidroeléctrica Macagua hasta Las Claritas, explicó una fuente de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), que prefirió mantener su nombre en reserva por no estar autorizado para declarar. El segundo corte, que se prolongó hasta la madrugada de este lunes, confirmó, se debió a fallas en el interruptor de la subestación El Callao.
Empero, los sorpresivos apagones desnudan la destrucción del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) que, de acuerdo con el ingeniero eléctrico, José Aguilar, “va en franco deterioro y esa es la razón de los frecuentes y severos apagones que nos han acontecido recientemente”.
Aguilar precisó que este escenario de apagones se ha agravado, pese a que la demanda nacional no ha superado los 14 mil MW, un consumo similar al registrado en 2005; ya que el primer trimestre del año es la época de menor demanda. “De aquí en adelante comenzará a subir y alcanzará un pico importante en semanas durante el mes de abril y la presión no bajará hasta comenzado junio; esto se debe al incremento de la luz del sol, la cual provoca -a partir del 6 de marzo- que la duración del período diario crezca por 30 a 45 segundos por día sobre la noche y dispare las temperaturas”.
– ¿El detonante de los apagones recae en la generación o la distribución eléctrica?
En Valencia, de 525 MW instalados estamos en 180 MW disponibles. En Maracaibo, de 3 mil 30 MW instalados, estamos en unos 480 MW disponibles. Eso es similar al año 1980.
Aguilar manifestó que este cuadro, más la política de evitar racionamientos eléctricos en la Gran Caracas, está poniendo presión en la central hidroeléctrica Guri y las líneas de transmisión, al punto que “se han llegado a violar los límites de ellas y eso ha derivado en los apagones. También hay racionamientos no anunciados por falta de combustible en Centro Occidente y más de 4 millones de horas vencidas en mantenimiento de las plantas térmicas”.
Por la baja demanda de Guayana, cuyas industrias de metales tienen más de una década sometidas a dieta eléctrica; sumado al ciclo hidrológico aún favorable para las hidroeléctricas, el ingeniero estima que Guri “estará seguro y es muy posible que desperdicie mucha agua en lo que comiencen las lluvias hacia finales de abril. Esperemos que no esperen hasta el último momento para abrir compuertas y volver a afectar las poblaciones en Puerto Ordaz y San Félix”.
Tocoma, sin capacidad de compensación
El experto sostuvo que para sacar más energía a los estados de oriente, centro y occidente del país se requiere la expansión y optimización de la Red Troncal de Transmisión existente. En este caso, las continuas fallas no podrían ser solventadas con la puesta en servicio de una planta como la central hidroeléctrica Tocoma, en Bolívar, paralizada desde hace más de un año.
“Con la demanda de Guayana deprimida en extremo y con una Red Troncal de Transmisión limitada, Tocoma no tiene como salir y mandar más energía del Bajo Caroní, hacia afuera de Guayana, al resto del país, donde tanto la generación térmica (por falta de mantenimiento), como las hidroeléctricas de Los Andes por mal manejo (abuso de sus embalses) presentan situaciones deficitarias”, explicó.
Aguilar resaltó que si se recuperan las empresas básicas de Guayana, entonces sí se puede dar mejor utilidad a la generación hidroeléctrica de Tocoma y, a la vez, brindar más seguridad a la central hidroeléctrica Guri.
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