La Corporación Eléctrica Nacional
inició desde diciembre pasado la práctica de endosar a los usuarios el
costo de los transformadores nuevos que instala en sustitución de los
que se dañan por la falta de mantenimiento, alertaron fuentes del sector
sindical que solicitaron guardar su nombre en reserva.
“Hasta ahora, comunidades de
Maracaibo y de la Gran Caracas fueron sorprendidas por esa iniciativa de
Corpoelec”, aseguró uno de los informantes. Recordó que en Venezuela
operaban cuatro fábricas de esos equipos, pero cerraron al no poder
obtener las divisas preferenciales para comprar en el exterior los
componentes necesarios.
Esta situación ha llevado a que tanto
los transformadores aéreos como los subterráneos sean importados de
España, México y Colombia. Sin embargo, el costo final de los aparatos
se incrementa constantemente con la continua subida de las divisas como
consecuencia de la devaluación. La semana pasada el precio de un
transformador alcanzó los 200 millones de bolívares.
Los trabajadores del sector señalan
que desde 2012 la interrupción del suministro eléctrico en calles y
zonas de los centros urbanos y rurales del país son más frecuentes
debido a la salida de circulación de los transformadores en las redes de
distribución de electricidad.
“Es un abuso que Corpoelec quiera
cobrarnos el transformador que se quemó. La responsabilidad de la
empresa es reponerlo rápidamente y sin costo para nosotros. Los usuarios
no somos ricos y ya pagamos por el servicio, que es bastante malo”,
manifestó un habitante de Petare que pidió no mencionar su nombre.
Un vecino de Baruta también se quejó
de que la empresa eléctrica estatal les comunicara que los pobladores de
la zona se repartieran el gasto del transformador “si queríamos una
reposición de la luz más rápida”.
En Maracaibo, ciudad azotada por las
interrupciones intempestivas del suministro eléctrico desde 2017 y
muchas de ellas por el colapso de los transformadores, usuarios
denunciaron que Corpoelec les cobraría 1.500 dólares por un aparato que
permita agilizar la diligencia de sustituirlo por el que se dañó luego
de una sobrecarga.
En el caso de los marabinos,
Corpoelec planteó un modelo de autogestión a las comunidades para
garantizarse la calidad del servicio, cosa que los habitantes no aceptan
por considerar que esa materia es responsabilidad de la corporación.
Un representante del Frente Autónomo
de Trabajadores del Sector Eléctrico explicó que históricamente en
Venezuela siempre las empresas eléctricas han corrido con el gasto de
los equipos, pero Corpoelec “está quebrada y le debe mucho dinero a su
proveedor (Corpoelec Industrial) que le exige el pago al contado por los
equipos que le suministra”.
Corpoelec Industrial fue fundada en
2014 para fabricar e importar equipos eléctricos requeridos por la
estatal prestadora del servicio y otras empresas nacionales.
El sindicalista destacó que el gasto
en transformadores nuevos sería menor para Corpoelec si ella realizara
los programas de mantenimiento preventivo y correctivo a los equipos
mediante la revisión periódica, recomendada por los fabricantes, para
reponer algún componente susceptible de daño.
El mantenimiento también involucra el
cambio, cada 6 meses, del aceite lubricante para evitar que el aparato
pierda el aislamiento, causa de la ocurrencia de un cortocircuito. En la
red de distribución de Venezuela hay transformadores fabricados en
Estados Unidos y Alemania que por su calidad están operativos desde hace
40 y 60 años.
“Un transformador puede durar muchos
años si se le aplica el mantenimiento correspondiente, pero el problema
es que en los últimos 12 años ese mantenimiento preventivo prácticamente
no se hace”, dijo un técnico de Corpoelec que pidió el anonimato.
Precisó que, actualmente, cuando falla un transformador, este queda
inservible y debe cambiarse por otro nuevo.
“Más de 60% de las fallas eléctricas
en el país están relacionadas con el colapso de los transformadores, que
la mayoría de las veces quedan inutilizables y tienen que ser
sustituidos por equipos nuevos”, recalcó otra fuente laboral.
Refirió que cobrar los aparatos a los
usuarios es una práctica injusta e inequitativa: “No es lo mismo
distribuir el costo entre los pocos residentes de una calle con algunas
casas que hacerlo en un sector más poblado donde hay edificios o a una
zona industrial”, advirtió.
La fuente resaltó que, además de la
falta de mantenimiento, las comunidades se quedan largos períodos sin
luz por los problemas logísticos y operativos que afectan la capacidad
de respuesta ante las averías. Las cuadrillas de trabajadores no
disponen de vehículos suficientes para atender las emergencias dado que
muchas unidades de transporte están paralizadas por la falta de cauchos y
repuestos.
“Tampoco disponemos de herramientas,
como alicates, ni de materiales para realizar las reparaciones. A veces
ni siquiera hay teipe aislante”, advirtió la fuente. Otra denuncia es
que desde hace cinco años Corpoelec no dota a sus trabajadores de botas,
guantes y cascos de seguridad.
“Es un abuso que Corpoelec quiera
cobrarnos el transformador que se quemó. La responsabilidad de la
empresa es reponerlo rápidamente y sin costo para nosotros. Los usuarios
no somos ricos y ya pagamos por el servicio, que es bastante malo”. Un
habitante de Petare
La Cifra
200 millones de bolívares costaba un
transformador la semana pasada, pero el precio se mueve con la paridad
cambiaria porque los equipos son importados
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