Foto: Archivo
Moisés Alejandro Calderón
Venezuela es un país que destaca no sólo por el
calor y humildad de su gente, sus mujeres bellas y los grandes hitos
logrados en materia musical y deportiva, sino también por la gran
variedad de parques naturales que nutren y llenan de belleza el
territorio nacional.
Incluso, varios de ellos logran colarse entre los patrimonios
naturales de la humanidad y con amplio reconocimiento a lo largo de todo
el globo terráqueo, tal es el caso del Salto Ángel, situado en el estado Bolívar y representando la caída de agua más grande del mundo, con 979 metros de altura.
Por otro lado, también destaca la inmensidad del Waraira Repano o Cerro El Ávila, al que el cantautor criollo Ilan Chester le dedica sus letras de admiración o la premiación que recibieron los andes venezolanos con el deslumbrante Pico Bolívar, situado en la Sierra Nevada entre los estados Mérida y Barinas.
Además del Cerro El Ávila, dentro de la ciudad capital existen también una variada cantidad de parques naturales como el Parque del Este y el Zoológico de Caricuao,
abiertos para el disfrute y recreación de los habitantes caraqueños,
contando también con la opción de compartir y disfrutar con las diversas
especies de la fauna que hacen vida en el lugar.
Sin embargo, estos últimos han sido los que más han recibido los
embates del deterioro y el olvido, presentando una apariencia cada vez
más decadente y registrando índices de inseguridad que van en aumento.
Pero a pesar de las adversidades, los parques y bellezas naturales del
país continuarán vigentes y deslumbrando a todo aquel que se dedique a
visitarlos y disfrutar de su exotismo.
Bellezas caribeñas. Junto a las aguas del mar
Caribe, Venezuela tiene el privilegio de contar con una innumerable
cantidad de playas que también forman parte de los parques nacionales. Bahía de Cata, Playa Colorada, Isla de Coche, Playa Parguito, Cuyagua y Arapito
son solo un ejemplo de las infinitas playas que adornan las costas
venezolanas y abren sus puertas año tras año a los turistas nacionales y
extranjeros.
No obstante, las arremetidas de la inseguridad han hecho acto de
presencia en varios de estos lugares, dejando en claro la descomposición
social que vive cierta parte de la población venezolana y que de cierta
forma se han trasladado hasta las inmediaciones de estas bellezas
caribeñas. Durante el asueto de semana santa del año pasado, los
visitantes de la Isla de Cuyagua lograron capturar a un
pareja de ladrones que despojaba a las turistas de sus pertenencias en
horas de la noche cuando aparecía la isla quedaba sumida en la oscuridad
y la soledad se apoderaba también de la misma.
Zoológico en el olvido. La residencia de
aproximadamente 1900 ejemplares de la fauna venezolana e internacional
situada en la parroquia Caricuao, hoy en día se presenta con una cara
totalmente distinta a la que se mostraba en años anteriores. El que
fuese uno de los parques naturales con mayor vegetación, exhibiciones de
animales exóticos y amplios espacios para la recreación en toda la
ciudad Capital, actualmente se encuentra sumergido en un mar de
problemas.
Desde la muerte de una de sus “reliquias”, la elefanta Ruperta, a
mediados del año en curso, hasta el grave estado de desnutrición que
presentan los demás animales, se unen a la gran lista de problemas que
aquejan y preocupan a los pocos que aun deciden ir a visitarlo.
Años atrás, el zoológico de Caricuao era uno de los parques naturales
de mayor renombre en la capital, pero con el paso del tiempo y
sufriendo las embestidas de la crisis que golpea todo aquello que se
interponga en su paso, su imagen se fue deteriorando hasta exhibir
únicamente los “residuos” de lo que anteriormente fue y que por causa de
la misma crisis, se dificulta que se vuelva a recuperar.
Pulmón de la capital. Sin embargo, no todo resulta
negativo para la capital y los parques naturales que alberga en su
interior, puesto que Caracas cuenta con uno de los lugares más
emblemáticos de la nación en cuanto a vegetación se refiere: el Jardín
Botánico de la Ciudad Universitaria, creado por Tobías Lasser.
Situado justo al lado de la entrada principal a la Universidad
Central de Venezuela (UCV) en Plaza Venezuela se caracteriza por ser un
lugar dedicado para el deporte, la relajación y el descanso. Repleto de
numerosas especies de plantas y flores que se encargan de adornar y
llenar de paz y armonía el interior del mismo.
Sin embargo, en ciertas ocasiones los visitantes han denunciado la presencia de maleantes que se apoderan de los espacios del Jardín Botánico para cometer sus fechorías, como ingerir drogas o despojar de todas las pertenencias a sus víctimas. Diana Jiménez,
estudiante de la UCV, denunció en una ocasión que se encontraba
trotando con su novio en las adyacencias del parque cuando fueron
sorprendidos por dos delincuentes armados con picos de botella y
supuestamente bajo los efectos del alcohol, quienes los amedrentaron
para que entregaran sus pertenencias.
No obstante, esto no ha sido impedimento para que los visitantes
dejen de acudir a este bello sendero de vegetación, puesto que reconocen
la capacidad que tiene el mismo de conectar mental y espiritualmente a
las personas. |
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