Tan cerca de Hugo Chávez y de los
inmensos recursos que genera un país como Venezuela, estos son algunos
de los nombres más asociados a enriquecimiento a costa del tesoro
venezolano.Hablar de corrupción en Venezuela es
hablar de una red que hoy parece interminable, de la que cada vez se
descubren nuevos cabos y que, según cálculos de periodistas e
investigadores ha logrado apropiarse de más de 800.000 millones de
dólares en los casi 20 años y a la sombra de la “revolución
bolivariana”.
Un primer conteo exhaustivo, hecho
por el ex gobernador y ex diputado Carlos Tablante y plasmado en el
libro 'El gran saqueo', expone unos 300 nombres involucrados en
semejante desfalco.
Sin embargo, la cercanía a Hugo
Chávez así como el exhibicionismo de su nuevo estatus convirtió a
algunos casos en verdaderos exponentes de un fenómeno que ha sido
confirmado con investigaciones como los Panamá Papers, otras efectuadas
por las fiscalías de Andorra, España y Suiza y las sanciones de
gobiernos como Estados Unidos contra el patrimonio de estos millonarios
sin explicación.
Entre las fortunas más llamativas, de
las primeras de la época revolucionaria, destaca la del
teniente Alejadro Andrade, amigo personal del fallecido presidente
Chávez, participante junto con él en el golpe de estado del 4 de febrero
de 1992 y uno de sus primeros escoltas.
Aunque se conocieron sus cuentas en
el banco HSBC reveladas por WikiLeaks y Washington lo investigó –y
sancionó– por un entramado de transacciones bancarias, luego se le
permitió quedarse en territorio estadounidense a cambio de su
colaboración, explicó el periodista Casto Ocando en su libro 'Chavistas
en el imperio'.
Pero más allá de las formalidades de
la investigación, las redes sociales han mostrado a su hijo no solo como
un gran exponente del deporte ecuestre, sino tan cercano a las élites
económicas estadounidenses como para tomarse una foto con las hermanas
Kardashian.
El único nombre del chavismo más
asociado al derroche que el de Andrade es el de Diego Salazar, primo de
Rafael Ramírez, quien fue el "zar petrolero" de Venezuela, ministro de
Energía y presidente de Petróleos de Venezuela por casi 12 años.
Salazar no solo recibió la venia para
jugosos contratos con aseguradoras de Pdvsa, se convirtió además en una
especie de intermediario obligado para muchas de las contrataciones de
la estatal.
A medida que aumentaba este poder y
su fortuna, su inclinación a gastar se fue haciendo famosa hasta el
punto de que investigaciones periodísticas reseñan cómo Salazar se hizo,
uno a uno, de todos los apartamentos de un lujoso edificio en Caracas,
gustaba de regalar relojes Rolex a sus invitados y mandaba a comprar
cajas de champaña de miles de euros.
El último escándalo asociado a su nombre fue su inclinación a patrocinar candidatas al Miss Venezuela.
Salazar fue apresado el año pasado en
Caracas luego de que el clan asociado a Rafael Ramírez decidiera pasar
de la militancia revolucionaria a las críticas contra el
presidente Nicolás Maduro.
Sin embargo, muy poco se sabe de su
reclusión. Los hermanos de Ramírez, Fidel y Daniel Ramírez, así como su
cuñado, Baldo Sansó, también han aparecido en diversas investigaciones
como propietarios de empresas en paraísos fiscales.
De contrataciones escandalosas
relacionadas con Pdvsa la lista de nombres supera las decenas, pero han
trascendido nombres como Roberto Rincón y Abraham Shiera, actualmente
procesados por la justicia estadounidense por cobrar jugosos
sobornos, o Eudomario Carruyo, quien fue director de la petrolera
cuando su hijo tuvo un sonado accidente de tránsito en el 2005, a bordo
de un Lamborghini en Miami que nadie entiende bien cómo lo compró.
Parte del desfalco a Pdvsa también
quedó en evidencia al descubrirse la existencia de casi 4.000.000.000 de
dólares en la Banca Privada de Andorra, en manos de un reducido grupo
de funcionarios venezolanos, entre ellos Salazar y otros que para
entonces desempeñaron cargos públicos como los ex ministros del sector
petrolero y eléctrico Javier Alvarado Ochoa y Nervis Villalobos
Cárdenas; el ex directivo de la estatal Francisco Jiménez Villarroel;
Carlos Aguilera Borjas, ex director del Servicio Bolivariano de
Inteligencia; Alcides Rondón Rivero, ex viceministro de Seguridad
Ciudadana y de Relaciones Exteriores para Asia, Medio Oriente y Oceanía;
y el empresario Omar Farías Luces.
El control de cambio, vigente en
Venezuela desde hace 15 años, en el que el precio del dólar oficial ha
estado muy por debajo del precio del dólar paralelo y las contrataciones
del gobierno venezolano para la adquisición de todo tipo de productos
se cobija otra gran cantidad de nombres y nuevas fortunas.
Entre estos nombres destaca Samark
López, señalado –y sancionado– por Estados Unidos como testaferro del ex
vicepresidente Tareck El Aissami.
Aunque en sus redes figura como un
empresario con inclinaciones a la filantropía, tiene registradas
empresas en paraísos fiscales y fue señalado por el Departamento del
Tesoro como relacionado con narcotráfico y lavado de dinero.
Investigaciones de portales como Armando.info en
Caracas y Univisión en Miami dan cuenta de que posee costosas
propiedades en Florida y sus negocios con el gobierno venezolano fueron
desde la venta de materiales de construcción, hasta alimentos e incluso
adornos de Navidad.
Más allá de estos nombres y los casos
de corrupción comprobados en su contra, para los venezolanos se ha
convertido en un triste deporte descubrir los lujos de los que gozan el
alto gobierno y sus familiares a través de las redes sociales o en la
vida diaria.
Desde el presidente del Tribunal
Supremo de Justicia viviendo en una lujosa mansión en la carísima zona
caraqueña del Alto Hatillo hasta comparaciones de fotos dan cuenta de
cómo el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, utiliza zapatos de
trotar de 700 dólares; la hija de Diosdado Cabello –Daniela- utilizó
unos tacones de 800 dólares, o el presidente Maduro deja traslucir de
vez en cuando un reloj Patek Phillipe valorado en miles de dólares.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.