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sábado, 12 de abril de 2008

ANALISIS-Colombia, el mayor aliado de EEUU, con frío apoyo TLC

BOGOTA (Reuters) - Estados Unidos difícilmente podrá encontrar un defensior más firme de sus propuestas a favor del mercado libre y la guerra contra el narcotráfico en América Latina que el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, pero el mandatario no ha ganado mucho a cambio recientemente.
Un firme aliado de Washington, Uribe ha enviado a cientos de narcotraficantes para que Estados Unidos los juzgue, enfrentó a los más feroces líderes antiestadounidenses en América Latina y abrió sus brazos a la inversión extranjera a diferencia de varios de sus vecinos.
A pesar de todo eso, Uribe recibió una bofetada en la cara el jueves cuando el Congreso de Estados Unidos votó a favor de aplazar la discusión y posterior votación de un Tratado de Libre Comercio con Colombia, incluso después de meses de un intenso cabildeo.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que ha a enviado a Colombia miles de millones de dólares, principalmente en ayuda militar para respaldar su guerra contra el narcotráfico y los rebeldes de izquierda, dijo que el comercio es esencial para hacer frente a los intereses estadounidenses de seguridad y "fortalecer un valiente aliado."
Pero el tratado se frenó debido a las preocupaciones por los ataques contra los dirigentes sindicales colombianos y la política estadounidense de los partidos antes de las elecciones presidenciales en noviembre.
"Los colombianos deben ser perdonados, si están confundidos," dijo Michael Shifter, de Diálogo Interamericano.
"El país se ha convertido en una víctima de la feroz guerra partidista," agregó.
La falla de Bush para convencer a los demócratas de respaldar el acuerdo comercial con Colombia se pareció a su fracaso de lograr una reforma de migración para otro aliado cercano en América Latina: el ex presidente mexicano Vicente Fox.
Fox sustentó su política exterior a favor de Estados Unidos en ganar reformas para permitir que millones de mexicanos trabajaran legalmente a lo largo de la frontera, pero el ambiente cambió después de los ataques del 11 de septiembre del 2001 cuando los temas de seguridad se volvieron cada vez más importantes para Washington en las relaciones con México.
El propio Partido Republicano de Bush bloqueó los intentos de reforma y la empujó en lugar de reforzar la seguridad de las fronteras.
La Cámara de Representantes votó el jueves para cambiar las normas de examen a los acuerdos comerciales y eliminó un calendario que obligaba a los legisladores a tomar una decisión sobre Colombia en 90 días.
CABILDEO BIPARTIDISTA
Funcionarios de Colombia y Estados Unidos ahora buscan mantener un fuerte cabildeo bipartidista para tratar de salvar el pacto.
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que el acuerdo está sin apoyo ahora, pero podría llegar a tenerlo a finales de año.
La decisión dejó el acuerdo en un limbo, aunque algunos expertos dijeron que el Congreso pudo haber hecho un favor a Colombia al oponerse a una rápida votación, cuando lo pudo haber rechazado de plano en el delicado momento de la política electoral de Estados Unidos.
"Por lo menos, ahora el proyecto de ley sigue con vida y se puede considerar en un momento político más adecuado," dijo Patrick Esteruelas, analista de Eurasia Group consultores.
Uribe, que estudió en Harvard, ha desempeñado un papel de liderazgo para impulsar el pacto comercial. El mandatario envió equipos negociadores a Washington y es anfitrión de frecuentes visitas de funcionarios y legisladores estadounidenses para mostrar las mejoras de seguridad en su Gobierno.
Incluso, mostró sus habilidades ecuestres ante una delegación de Estados Unidos al sostener en una de sus manos una taza de café, mientras montaba a caballo en una finca.
"Este es el café para el TLC," dijo desde su caballo, sin derramar una sola gota.
Colombia sostiene una larga guerra contra las guerrillas izquierdistas, pero ha mejorado sus índices de seguridad bajo el Gobierno de Uribe, mientras con una agresiva estrategia militar apoyada por Washington obligó a los rebeldes a un repliegue estratégico.
Pero los demócratas insisten en que debe hacer más para frenar la influencia de los antiguos comandantes paramilitares y de otros grupos de extrema derecha que tienen como objetivos a civiles y líderes sindicales.
Pese a la férrea resistencia demócrata, Washington intentó buscar apoyo al acuerdo comercial en un contexto geopolítico con la advertencia de que no apoyarlo sería enviar un mensaje equivocado, mientras el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aboga por el socialismo y crítica el "imperialismo" de Estados Unidos.
Esto nunca fue más claro que durante la crisis en la región andina, desencadenada cuando el Ejército de Colombia incursionó en territorio de Ecuador para matar a un jefe rebelde de las FARC.
Con la tensión en alza, Bush respaldó abiertamente a Uribe enfrentado a Venezuela y Ecuador, ambos países dirigidos por mandatarios de izquierda.
Pero Bush cometió un error al enviar el pacto comercial antes de llegar a un acuerdo con el Congreso en temas como la asistencia de Estados Unidos para los trabajadores afectados por los acuerdos comerciales, dijo Cynthia Arnson, del Woodrow Wilson Center.

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