«Me preocupa que Obama nos rechace; de Chávez esperamos cualquier cosa»

El nuevo presidente de Honduras, Roberto Micheletti, se enfenta al aislamiento y el rechazo unánime de la comunidad internacional contra la destitución de su antecesor, Manuel Zelaya, mientras él insiste en que "no fue un golpe de estado" y se "encomienda a Dios" para que el mundo le dé un voto de confianza. Micheletti ha hablado con ABC sobre la crisis política que estalló el domingo en su país*.

- ¿Quién dio la orden de sacar a Zelaya del país?

- No creo que nadie haya dado una orden de esa naturaleza, pero no es a mí a quien le corresponde contestar, sino a la Corte Suprema de Justicia, que es quien dio la orden al Ejército a través de sus juzgados. Cuando hay un delito flagrante, se captura a las personas. No conozco el resto de la situación.

- El Congreso ha decretado una ampliación del toque de queda por el cual, según algunos diputados, se recortan varias garantías constitucionales.

- No es la interpretación correcta: es una ampliación del toque de queda por 72 horas, pero no se suspende ningún derecho ciudadano. En este país todo el mundo puede actuar con todos los derechos que le confiere la Constitución de la República. No creo que la policía o el Ejército vayan a actuar fuera de estas normas, salvo en casos de flagrante delito. Y la inviolabilidad de domicilio sólo es posible con orden judicial.

- El mundo le ha llamado golpista: ¿Se siente usted aislado?

- Tengo la compañía del pueblo hondureño. El ochenta por ciento de la población está de acuerdo con lo que aquí ocurrió. Y yo no voy a permitir que se diga que aquí hubo un golpe de Estado: hubo una sucesión constitucional, el Congreso tomó una determinación después de ser informado de todas las ilegalidades cometidas por el presidente de la República. Los militares recibieron una orden de los tribunales. Yo quisiera que los demás países sepan que tenemos una actuación enmarcada en la Constitución.

- ¿Cómo se siente sabiendo que ni Obama ni Chávez reconocen su Gobierno?

- Me preocupa que el presidente Obama -por el que sentimos un gran respeto y admiración, igual que por su pueblo- nos rechace sin haber escuchado nuestras explicaciones. Pero del señor Chávez podemos esperar cualquier cosa: ya nos amenazó con invadir el país; ésa es una falta de respeto. Cree que los países pequeños nos podemos someter al criterio de un país poderoso bélicamente. No vamos a pelear, queremos paz, pero si intenta algo aquí habrá miles de soldados para defender a la patria.
ABC.es