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lunes, 31 de agosto de 2009

BOCHADO EN BARILOCHE de Teodoro Petkoff


Si lo juzgamos por sus declaraciones posteriores a la Cumbre de Unasur, y
por su rueda de prensa de ayer, que fué patética, Chávez salió resollando
por la herida. De hecho, habló como perdedor. Su cara era más expresiva que
sus palabras. No era para menos. Su postura extrema, exigiendo condena de
Colombia, naufragó, junto a la de Evo, estrellándose contra las rocas de la
postura moderada, realista y sensata que impusieron todos los demás
presidentes. Eso estaba cantado ya desde el reciente encuentro en Quito
Pero, primero lo primero. Unasur sobrevivió a esta crisis y eso es muy bueno
para el subcontinente, sobre todo en estos tiempos tan borrascosos. Quien
piense que se trató de una cumbre inútil se equivoca. Haber creado ese
terreno para que los gobiernos de Sur América puedan procesar, cara a cara,
los problemas que tantas veces los oponen entre sí, se reveló el viernes
como fértil y, lo que es mejor, como prometedor. Contra la opinión de Lula,
la transmisión en televisión si bien estimula los discursos para la galería,
también contiene los impulsos de los protagonistas, porque hasta Chávez
puede darse cuenta de que no le conviene mostrar urbi et orbi el talante
agresivo, grosero y descomedido que le es propio. De modo que la cumbre,
contra todas las expectativas, estuvo, más bien, relativamente serena y fue
al fondo de los problemas. La ecuánime conducción de Madame K y de Correa,
debe reconocerse como un factor que ayudó a que la cosa no se descarrilara.

Sobre el fondo del asunto, quedaron claras dos cosas. Una, que el principio
de no injerencia en los asuntos internos de cada uno de los países es
sagrado. Con esto, se reconoció, explícitamente, el derecho del gobierno
colombiano a acordar con Estados Unidos la presencia de personal gringo en
sus bases respecto de las cuales quedó fuera de toda duda que tales bases
son colombianas y no norteamericanas.

La otra, que las aprensiones de casi todos los gobiernos suramericanos sobre
la presencia de militares yanquis en nuestros territorios no son gratuitas.
Una larga historia de desencuentros entre Estos Unidos y Latino
América-Caribe abona tal inquietud. Por lo tanto, exigir, como insistieron
varios mandatarios, a Colombia y a Estados Unidos garantías sólidas de que
desde esas bases los yanquis no atentarán contra ningún país del entorno es
perfectamente comprensible y absolutamente pertinente.

Lo demás fueron anécdotas. El documento que leyó Chávez, quien desde que
descubrió el comunismo se ha vuelto un liceísta sarampionoso, creyendo que
todo lo que se pública en EEUU es política oficial de su gobierno. La
estocada, hasta la empuñadura, que le metió Alan García al Gran Guerrero
Anti Imperial.

El clima cordial entre Uribe y Correa, a pesar de los reclamos mutuos,
formulados, sin embargo, en tono que anuncia pronta reanudación de
relaciones diplomáticas. Por cierto, para quienes no distinguen matices:
Correa no es Evo ni Ortega.

Finalmente, tal pareciera que en el continente ya le han tomado la medida a
nuestro presidente. Sólo el que no lo conoce puede comprarlo.

1 comentario:

  1. Excelente análisis. Felicitaciones, Francisco por tu página. No había podido entrar y ahora veo que hay mayor oportunidad de hacerlo. Un abrazo y estamos donde queremos estar, en la lucha abierta y frontal contra este "chacumbele" como lo dice Teodoro. Por aquí en Ciudad Bolívar, que , como sabes no escapa a la crisis creada por este gobierno. Teresa.

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