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martes, 3 de mayo de 2011

El mundo está en alerta tras muerte de Osama bin Laden


WASHINGTON/ABBOTTABAD, Pakistán (Reuters) - Líderes mundiales advirtieron de posibles ataques en venganza por la muerte de Osama bin Laden en un operativo estadounidense en Pakistán el lunes, en un dramático final para el largamente perseguido líder de Al Qaeda que era el símbolo más poderoso de la militancia islamista.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien anunció la muerte de bin Laden cuando en Washington era domingo cerca de la medianoche, dijo el lunes que "el mundo es más seguro. Es un mejor lugar tras la muerte de Osama bin Laden".
Pero la euforia que llevo a multitudes a agitar banderas en la conocida como "Zona Cero" en Nueva York, que fue centro de los ataques planeados por el militante de origen saudí hace una década, fue atenuada por los llamados a estar alertas ante ataques en venganza de parte de sus seguidores.
Las promesas de vengar su muerte aparecieron rápidamente en foros militantes islamistas, un medio clave de transmisión de información para los líderes de Al Qaeda.
"La venganza de Dios sobre tí, perro romano, la venganza de Dios sobre ustedes cruzados (...) esta es una tragedia, hermanos, una tragedia", escribió un forista.
Bin Laden fue rápidamente arrojado en el norte del Mar Arábigo desde la cubierta de un portaaviones estadounidense luego de ritos funerarios musulmanes y su cuerpo fue colocado en una pesada bolsa, dijeron funcionarios del país norteamericano.
La muerte de bin Laden, quien logró un estatus casi mítico por su habilidad para eludir la captura durante tres períodos presidenciales en Estados Unidos, cierra un capítulo amargo en la lucha contra Al Qaeda, pero no elimina la amenaza de nuevos ataques.
Bajo el liderazgo de bin Laden, militantes de Al Qaeda atacaron varios objetivos en el mundo, desde la isla indonesia de Bali hasta las capitales europeas de Madrid y Londres, así como las naciones del este africano de Kenia y Tanzania.
Pero los atentados del 11 de septiembre del 2001, cuando militantes de Al Qaeda usaron aviones secuestrados para atacar a los símbolos económicos y militares del poder estadounidense y dejaron cerca de 3.000 muertos, ayudaron a que bin Laden se ganara el repudio mundial.
Esos ataques desencadenaron dos guerras, en Afganistán e Irak, dañando las relaciones de Estados Unidos con el mundo musulmán y redefiniendo la seguridad aérea.
"A pesar de que celebremos este hito, no debemos olvidarnos de que la batalla para detener a Al Qaeda y su mafia del terror no terminará con la muerte de bin Laden", dijo la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, horas después del operativo en un complejo en la madrugada del lunes en Pakistán.

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