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viernes, 9 de diciembre de 2011

Últimos índices de lluvia en la capital superan los de 1999





Alertan que suelos están saturados tras 10 días seguidos de precipitaciones
Entre el 1 y el 15 de diciembre de 1999, el año del deslave de Vargas, Caracas recibió 203 milímetros de agua tras 15 días de lluvia continua que causaron todo tipo de destrozos en la capital y que solo en Catuche dejaron en la calle a 800 familias. Los diez días corridos de lluvia que acaba de ver la capital entre el 28 de noviembre y el 7 de diciembre dejaron un registro no tan lejano, e incluso superior si se toma en cuenta el promedio diario: 170 milímetros.

Los datos son del Departamento de Ingeniería Hidrometeorológica de la UCV, y desde allí Valdemar Andrade advierte que no solo los suelos están saturados y a punto de perder su poder de cohesión por el peso del agua (pues no han tenido tiempo de secarse), sino que además se pueden haber producido derrumbes en el Ávila que han alterado el cauce natural de las quebradas, provocando por tanto la formación de grandes presas de agua, lo que representaría un peligro inminente sobre la ciudad.

Piensa que se trata de una posibilidad que las autoridades tienen que tomarse muy en serio, pues con estos niveles de pluviosidad son comunes los deslaves en las cabeceras de las quebradas, lo que alteraría el curso natural de las aguas y su acumulación en grandes pozos que podrían generar derrumbes repentinos.

Por su parte el geólogo José Arcila piensa que no estaría de más realizar un perfil de meteorización en ciertas zonas, pues en los últimos días ha habido mucha sobrecarga en los suelos. Aunque informa que los ciclos de grandes deslaves en Caracas suelen darse cada cincuenta años (en 1951 y 1999 fueron los últimos), pues se necesita la acumulación de roca meteorizada y sedimentos durante mucho tiempo y la intervención de la vegetación que fractura el suelo y va facilitando la infiltración del agua, los fenómenos meteorológicos de los últimos años han alterado el clima de tal manera que no sería tan extraño que estos ciclos se adelantasen.

De hecho, tres de los cuatro años con mayores precipitaciones desde 1950 han tenido lugar en la última década: 1655 milímetros en 2010, 1318 en 2005 y 1293 en lo que va de año (en segundo lugar como año más lluvioso, después de 2010, está 1996 con 1402 milímetros).

Y precisamente uno de estos fenómenos meteorológicos a los que hacía mención Arcila, el que es conocido como La Niña y que enfría la superficie del mar en el Pac´ifico tropical y provoca precipitaciones e inundaciones en Suramérica, volvió a emerger este año y probablemente persista hasta principios de 2012, por lo que es de esperar que las lluvias continúen todo lo que resta de diciembre e incluso se extiendan a un mes históricamente muy seco como lo es enero.

1999 también fue un año "Niña", igual que 2010. Y aunque es muy extraño que este fenómeno climático se repita durante años consecutivos, esta vez sucedió. Y más vale que se actúe en consecuencia.

El Universal

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