El gobierno de Barack Obama ha propuesto este martes un plan que por primera vez abriría una gran franja de la costa del Atlántico a la perforación petrolera, según informa la agencia EFE.
La propuesta prevé licitar áreas ubicadas a más de 80 kilómetros en las costas de Virginia, Carolina del Norte y Sur, y Georgia a empresas a partir del año 2021. Durante décadas, las compañías petroleras han tenido prohibido perforar en el Océano Atlántico, donde había una moratoria que venció en 2008.
Como contrapartida, el plan prohibirá la explotación petrolera en la mayor parte de las aguas de los mares de Chukchi y Beaufort del océano Glaciar Ártico, en el norte de Alaska.
“Es una propuesta equilibrada que permitirá que estén disponibles cerca del 80 por ciento de las fuentes energéticas sin descubrir y técnicamente viables, al tiempo que se protegen áreas que son simplemente demasiado especiales”, explicó hoy la secretaria de Interior, Sally Jewell.
Los detalles de las áreas autorizadas para las empresas petroleras serán presentados a finales de este año, pero Jewell adelantó que se establecerán estrictos requisitos para evitar accidentes medioambientales en el ecosistema marino y las costas cercanas.
La zona atlántica frente al populoso este de Estados Unidos no cuenta con licencias de explotación, algo que el presidente Obama intentó en 2010, pero canceló abruptamente tras el desastre del pozo Deepwater Horizon, operado por BP en el golfo de México.
La industria petrolera había criticado a la administración Obama por no abrir a la exploración y explotación zonas costeras controladas por el gobierno federal, que mantiene la prohibición en el 90 por ciento de estas vastas extensiones marítimas.
El anuncio se produce dos días después de que Obama anunciara la intención de crear una gran área protegida en el norte de Alaska y prohibir de ese modo la actividad industrial en una zona donde se sospecha que existen importantes bolsas de petróleo.
Aquella noticia motivó duras críticas republicanas y el anuncio de la exploración petrolífera ha levantado las críticas de algunos senadores demócratas de estados del este de Estados Unidos, que consideran que el riesgo de desastre natural es superior a los posibles beneficios.
La propuesta prevé licitar áreas ubicadas a más de 80 kilómetros en las costas de Virginia, Carolina del Norte y Sur, y Georgia a empresas a partir del año 2021. Durante décadas, las compañías petroleras han tenido prohibido perforar en el Océano Atlántico, donde había una moratoria que venció en 2008.
Como contrapartida, el plan prohibirá la explotación petrolera en la mayor parte de las aguas de los mares de Chukchi y Beaufort del océano Glaciar Ártico, en el norte de Alaska.
“Es una propuesta equilibrada que permitirá que estén disponibles cerca del 80 por ciento de las fuentes energéticas sin descubrir y técnicamente viables, al tiempo que se protegen áreas que son simplemente demasiado especiales”, explicó hoy la secretaria de Interior, Sally Jewell.
Los detalles de las áreas autorizadas para las empresas petroleras serán presentados a finales de este año, pero Jewell adelantó que se establecerán estrictos requisitos para evitar accidentes medioambientales en el ecosistema marino y las costas cercanas.
La zona atlántica frente al populoso este de Estados Unidos no cuenta con licencias de explotación, algo que el presidente Obama intentó en 2010, pero canceló abruptamente tras el desastre del pozo Deepwater Horizon, operado por BP en el golfo de México.
La industria petrolera había criticado a la administración Obama por no abrir a la exploración y explotación zonas costeras controladas por el gobierno federal, que mantiene la prohibición en el 90 por ciento de estas vastas extensiones marítimas.
El anuncio se produce dos días después de que Obama anunciara la intención de crear una gran área protegida en el norte de Alaska y prohibir de ese modo la actividad industrial en una zona donde se sospecha que existen importantes bolsas de petróleo.
Aquella noticia motivó duras críticas republicanas y el anuncio de la exploración petrolífera ha levantado las críticas de algunos senadores demócratas de estados del este de Estados Unidos, que consideran que el riesgo de desastre natural es superior a los posibles beneficios.
