El régimen de Nicolás Maduro centró inicialmente su atención sobre los estudiantes. Pero ahora que las protestas han sido sofocadas con la violenta represión y el encarcelamiento de los manifestantes, la furia de las autoridades venezolanas se está volcando sobre los abogados de los detenidos y sobre activistas de los derechos humanos, que son amenazados de muerte y con terminar también tras las rejas.
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