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lunes, 20 de abril de 2015

De 2003 a 2015 los cupos viajeros y electrónico cayeron 65,1%


El niño de 13 años repartió miles de dólares esta semana / Foto: Archivo
Foto: Archivo
El economista Gabriel Villamizar afirmó que el gobierno prefiere ajustar las cantidades en vez de pagar el costo de devaluar; y así evitar más desprestigio
En 2007 si un venezolano clase media quería viajar al exterior podía hacerlo con una tarjeta de crédito o prepagada que le permitía pagar consumos por un total de 5.000 dólares. También tenía la opción de efectuar compras a través de Internet por un máximo de 3.000 dólares y, además, podía comprar directamente en el operador cambiario de su preferencia 600 dólares en efectivo a una tasa de cambio de 2,60 bolívares por dólar.


Hoy la asignación anual se ha reducido 65,11%, al situarse en 3.000 dólares para viajes, efectivo y electrónico. Según la providencia 011, que entró en vigencia el 10 de abril, solo pueden acceder a estos cupos los clientes de la banca pública, no existen tarjetas prepagadas y la tasa de cambio oficial se devalúo 361%, y se situó en 12 bolívares por dólar.
Desde hace 12 años y 2 meses existe en Venezuela un control cambiario. Lo que comenzó siendo una medida transitoria para evitar la salida de capitales se convirtió con el tiempo en una política de control económico y político, según el economista Gabriel Villamizar. El mecanismo ha terminado convirtiéndose en un corralito para la clase media y baja, que no puede acceder a la compra de divisas a través del recién creado Sistema Marginal de Divisas a una tasa promedio de 193 bolívares por dólar por la escasa oferta. De igual manera, le resulta imposible de costear la adquisición de divisas en el mercado paralelo, que está en 265 bolívares por dólar, añadió. 

En 2008 la Comisión de Administración de Divisas, creada en febrero de 2003, decidió hacer el primer gran recorte de divisas luego de determinar situaciones irregulares con los cupos electrónicos que eran adquiridos por terceros. Se conoció así la práctica del “raspacupo”, que actuaba incentivado por el aumento de la brecha entre el dólar oficial y el entonces prohibido tipo de cambio paralelo, que estaba en 5,30 bolívares por dólar. Se encontró así una manera de intermediar para obtener una ganancia.
Por esta razón, el gobierno redujo el cupo electrónico de 3.000 dólares a 400 dólares anuales y la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras dejó de proveer a sus usuarios tarjetas prepagadas y estableció el fin de su uso hasta enero de 2008. Aun cuando se mantuvo el cupo de 5.000 dólares anuales para compras con tarjeta de crédito, la cantidad de efectivo pasó de 600 a 500 dólares anuales.
La crisis financiera de Estados Unidos en 2008 y 2009 afectó el mercado petrolero y en consecuencia los ingresos de Venezuela descendieron. Si bien el Ejecutivo afirmó que contaba con suficientes reservas internacionales para afrontar la recesión mundial, tomó algunas previsiones y decidió bajar el cupo de viajeros de 3.000 a 2.500 dólares anuales de acuerdo con el destino y duración del viaje.
En 2009 Cadivi establece un nuevo protocolo de presentación de los recaudos para acceder a la asignación anual de dólares y surgen las carpetas con separadores, etiquetas y copias de recaudos. Hasta cinco carpetas eran exigidas a los usuarios. El único año en que la comisión aumentó la asignación de divisas fue en 2010 cuando los viajeros a Europa, Asia, África y Oceanía podrían acceder a 3.000 dólares anuales.
Los montos. Gabriel Villamizar recordó que en 2011 la asignación de divisas con tarjeta de crédito y efectivo representó 8,1% del total y el año pasado 18,8%, según cifras del Ministerio de Finanzas. “A medida que fue creciendo ese diferencial cambiario el cupo de viajeros dejó de significar un subsidio a la clase media y se convirtió en una fuente de ingresos para la clase baja. De hecho, esa es una de las razones por las que el gobierno decidió revertir la decisión de fraccionar en tres partes el cupo electrónico”.
Agregó que la reducción de los montos ha venido acompañada con la disminución del flujo de divisas que recibe el gobierno. “Hay una caída proyectada de 46% de los ingresos de la nación en 2015. Ante ese escenario y teniendo unos pagos altos de deuda externa –que suman 13 millardos de dólares entre Pdvsa y la República– el Ejecutivo se ve en la necesidad de recortar por algún lado y lo hizo con las importaciones privadas y los viajeros”.
Aun cuando el gobierno sabe que el desmontaje del control cambiario es necesario, no puede eliminarlo. “La respuesta la encontramos en las declaraciones que dio Aristóbulo Istúriz hace un tiempo cuando señaló que si lo eliminaban se le daba una herramienta al sector privado para quitarle el control al gobierno. Esto muestra que el control es un instrumentos de control económico y político”.