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domingo, 19 de junio de 2016

Thomas Shannon, el hombre llamado a allanar la salida a la crisis


El funcionario, llamado de nuevo para tratar de restablecer las relaciones a nivel de embajadores, ha estado vinculado a Caracas desde hace ocho años / EFE
El funcionario, llamado de nuevo para tratar de restablecer las relaciones a nivel de embajadores, ha estado vinculado a Caracas desde hace ocho años / EFE
El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos del hemisferio ha sido mediador entre Estados Unidos y Venezuela desde hace ocho años
El subsecretario de Estado Thomas Shannon volverá por tercera vez a Caracas para emprender otro proceso de acercamiento de alto nivel entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela, cuyas relaciones diplomáticas están disminuidas desde 2010.
El funcionario, llamado de nuevo para tratar de restablecer las relaciones a nivel de embajadores, ha estado vinculado a Caracas desde hace ocho años, cuando lo designaron para reducir las tensiones diplomáticas con el gobierno del presidente Hugo Chávez. La negociación fue con el entonces canciller Nicolás Maduro.



“Thomas Shannon se ha convertido en especialista en asuntos latinoamericanos y en Venezuela. Es el hombre clave para tratar de bajar las tensiones. Por eso no me sorprende que hayan decidido enviarlo. ¿Por qué Shannon? Porque ocupa el cargo más alto para Asuntos Políticos en el Departamento de Estado, por su experiencia en América Latina y porque ha servido en otras oportunidades como la persona involucrada en los tiempos de crisis en Venezuela”, dijo el internacionalista y diplomático Edmundo González Urrutia.
El internacionalista Kenneth Ramírez, presidente del think tank Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales, indicó: “El diálogo del año pasado emprendido por Shannon fue exitoso, permitió que el Consejo Nacional Electoral y el gobierno fijaran fecha para las elecciones parlamentarias; hay que recordar eso y que Leopoldo López hacía huelga de hambre, por lo que el gobierno de Estados Unidos estaba muy preocupado. El diplomático, con sus visitas y con las presiones de las sanciones, logró que se acordara la fecha para las legislativas, además de que muy discretamente tuvo contactos con la Unasur para que hubiera una veeduría lo más imparcialmente que se pudiera, si bien era política y no técnica como lo pedía la oposición venezolana”.
Ramírez considera que lo que busca Washington es reeditar el éxito del año pasado para que negocie y empuje el revocatorio, a pesar de las negativas del gobierno, y conseguir una fecha para la realización de la consulta en 2016. El experto pronosticó que de lograrlo habría un “aterrizaje suave”, una válvula de escape que permite una salida política electoral a un conflicto, en vez de situaciones como un colapso nacional.
Viejo conocido
El 4 de febrero de 2010 Shannon, que servía como embajador en Brasil, le sugirió al gobierno de Hugo Chávez que abriera espacios para un diálogo político y que no reprimiera a sus adversarios. El gobierno de Venezuela tildó de injerencistas esas declaraciones.
Entre el 7 de abril y el 12 mayo de 2015 Shannon, que desempeñaba el cargo de consejero del Departamento de Estado, tuvo varias reuniones con la canciller Delcy Rodríguez para conseguir de nuevo una aproximación entre ambos países. La brecha en las relaciones diplomáticas se había profundizado después de que el presidente Barack Obama emitiera un decreto en el que se declaraba a Venezuela como una amenaza contra Estados Unidos y dictara sanciones contra siete funcionarios venezolanos.
Fueron esos encuentros los que motivaron al entonces vicecanciller para Europa, Calixto Ortega, y a la entonces segunda vicepresidente de la Asamblea Nacional, Tania Díaz, a considerar positiva la visita del emisario estadounidense. “Shannon es un hombre que conoce Venezuela. Siempre fue en el pasado, y esperamos que lo siga siendo, un hombre con el que se puede dialogar. Estoy seguro de que no está aquí por casualidad. No es cualquier funcionario”, dijo Ortega.
“Recibimos con beneplácito cualquier iniciativa de diálogo constructivo con Estados Unidos y cualquier otro país. Cualquier intento de diálogo es bienvenido”, acotó Díaz tras los encuentros de Caracas de abril y mayo de 2015.
Los representantes del gobierno de Venezuela se volvieron a encontrar con Shannon el 13 de junio de 2015, esta vez en Haití, cuando el entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y la canciller Delcy Rodríguez se reunieron hora y media con él tras la invitación del entonces presidente de Haití, Michel Martelly. El encuentro fue calificado de positivo por el portavoz del Departamento de Estado, Jeffrey Rathke, pero no trascendió mayor información ni generó cambios significativos en las relaciones diplomáticas. Quedó una foto para el registro, en la que están todos los involucrados muy sonrientes, y generó desagrado en los sectores más antimperialistas del chavismo, radicales de la oposición y entre legisladores estadounidenses que le pidieron explicaciones.
Sin embargo, en octubre de 2015, antes de que fuera confirmado como subsecretario de Estado para Asuntos Políticos del hemisferio occidental, el mismo Shannon dijo que, de ser necesario, intentaría implementar nuevas sanciones contra funcionarios venezolanos y que todo dependería de lo que ocurriese con los presos políticos y las elecciones legislativas del 6 de diciembre.
Ante la perspectiva de este nuevo diálogo, los expertos coinciden en que cada lado maneja su agenda, Caracas busca la ralentización o exclusión del referéndum revocatorio en 2016 y Washington tiene múltiples tableros en la Organización de Estados Americanos y con vías multilaterales y bilaterales, donde la negociación e incluso coerción, es el camino para evitar una desestabilización en el país. En estos últimos dos caminos Shannon es el hombre clave.
Sin embajadores
El origen. “Comenzamos en este momento a evaluar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Tiene 72 horas, a partir de este momento, el embajador yanqui en Caracas para salir de Venezuela. ¡Váyanse al carajo, yanquis de mierda!”, dijo el fallecido presidente Hugo Chávez el 11 de septiembre de 2008, mientras en Estados Unidos se conmemoraban siete años del peor ataque terrorista en suelo estadounidense.
La medida de expulsión del jefe de la representación estadounidense, Patrick Duddy, fue, según el chavismo, para apoyar las acciones de Bolivia que había tenido un rompimiento con Washington, pero analistas políticos dijeron que el gobierno tenía la necesidad de buscar un enemigo externo para lograr la cohesión entre los seguidores chavistas.
Pocos meses después Duddy volvió y terminó su misión. Su posible sucesor, Larry Palmer, nunca llegó a Caracas. Chávez autorizó el plácet en junio de 2010, pero se lo revocó en agosto cuando el diplomático le respondió al Senado estadounidense que las Fuerzas Armadas venezolanas estaban desmoralizadas y desunidas. Desde la fecha se inició una serie de encuentros y, en su mayoría desencuentros, que ha llevado a un deterioro de las relaciones diplomáticas, sanciones de funcionarios venezolanos por violación de los derechos humanos, corrupción y hasta narcotráfico.
Pese a la separación, Estados Unidos sigue siendo el principal cliente petrolero de Venezuela, que exportó 830.000 barriles diarios de crudo y derivados a su “enemigo” del norte.

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