Una gran cantidad de compañías comenzaron a
desconsolidar en el 2015 los resultados financieros de sus operaciones
en el país debido al desplome de la moneda local, el bolívar, y la
imposibilidad de fijar los precios de sus productos, como champú y
detergente.
Las compañías estadounidenses
que operan en Venezuela han redoblado el uso de una maniobra contable
para protegerse de la grave crisis económica en el país que ha borrado
más de 10.000 millones de dólares en utilidades durante los últimos 18
meses.
Una gran cantidad de compañías
de Estados Unidos, incluidas Colgate-Palmolive, Procter & Gamble y
PepsiCo, comenzaron a desconsolidar en el 2015 los resultados
financieros de sus operaciones en Venezuela debido al desplome de la
moneda local, el bolívar, y la imposibilidad de fijar los precios de sus
productos, como champú y detergente.
El
colapso económico sin precedentes del miembro de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha provocado una severa escasez
que ha obligado a decenas de miles de venezolanos a cruzar la frontera
en procura de bienes básicos.
La
desconsolidación significa que las operaciones en Venezuela ya no pueden
dañar o beneficiar los resultados financieros de la matriz en Estados
Unidos. Estas compañías han debido asumir enormes cargos extraordinarios
contra sus utilidades para poder proteger lo que les queda en
Venezuela.
A comienzos del 2015,
muchas compañías valoraron sus activos utilizando el tipo de cambio
oficial controlado de ese entonces, de 6,3 bolívares por dólar. Pero
comprar divisas a ese valor, el más favorable dentro de un sistema de
multi tasas cambiarias, era poco realista en medio de una grave escasez
de dólares.
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