La creciente crisis política en el país
ha obligado a petroleras como la noruega Statoil ASA y la española
Repsol SA a reducir sus ya menguadas nóminas de empleados extranjeros,
según fuentes familiarizadas con la situación que le declararon a
Reuters.
Un trabajo de la agencia, publicado
en su página web, recordó que Statoil, Repsol y Chevron están entre las
petroleras extranjeras con una participación minoritaria en más de 40
empresas conjuntas con Pdvsa que surten al país con producción de crudo
crucial para generar ingresos en medio de la crisis.
Aunque hasta el momento no hay
informes de que las protestas que han estado ocurriendo en el país hayan
afectado las operaciones en los campos petroleros, algunas
transnacionales tienen problemas por las frecuentes barricadas en las
calles y los gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas de seguridad.
Statoil, que participa en una empresa
mixta en la Faja del Orinoco, ha retirado a cinco o seis empleados
expatriados que permanecían en el país, dijeron dos fuentes que pidieron
que no se dé a conocer su identidad, por no estar autorizadas para
hablar.
Algunos extranjeros que trabajan en
Repsol, que tiene 40% de participación en la empresa conjunta con Pdvsa
Petroquiriquire y que también participa en la Faja, han abandonado el
país recientemente, agregaron dos fuentes.
La coyuntura política subraya la
dificultad que afrontan las empresas petroleras para mantener
operaciones en países de alto riesgo.
Chevron aconsejó el año pasado a los
extranjeros que viven en Venezuela trasladarse con sus familias a otros
lugares, señalaron fuentes de la compañía.
La ola de delitos en Venezuela
también ha sido un problema para el personal foráneo. Ejecutivos chinos
de alto rango fueron enviados a Colombia hace aproximadamente un año por
ser un blanco frecuente de secuestros, dijo una fuente.
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