La Iglesia señaló que los resultados de
las elecciones de gobernadores del 15 de octubre no resuelven la crisis
que atraviesa Venezuela. Los obispos consideran: “Estas elecciones,
aunque contaron con la participación de una buena parte del electorado,
lejos de contribuir al fortalecimiento de la institucionalidad
democrática a través del voto libre, universal e imparcial, han hecho
más difícil aún la solución consensuada de los problemas que nos
aquejan, han generado nuevas dudas e interrogantes y han abierto la
puerta a mayores tensiones y conflictos frente al futuro de nuestro
país”.
Añadieron que, en medio de la
conflictividad del país, los recientes comicios significaron para muchos
una luz en el camino y un motivo de esperanza. “El primer semestre del
año estuvo caracterizado por un amplio y prolongado enfrentamiento
político, generado por la pretensión del Ejecutivo de imponer un modelo
sociopolítico que atenta contra la dignidad de la persona y desconoce la
Constitución, y por la convocatoria de una asamblea nacional
constituyente, cuestionada y rechazada por la mayoría del pueblo”.
El clero denunció la persecución
gubernamental contra los cinco gobernadores de la oposición que fueron
electos el domingo. “La decisión de crear nuevas autoridades, quitando
competencias a los gobernadores electos de aquellos estados que no
favorecieron electoralmente al oficialismo, son un claro desconocimiento
y una burla a la voluntad popular en la cual reside la legitimidad de
cualquier elección”, subrayaron.
La Conferencia Episcopal Venezolana
exigió, en un comunicado, a las autoridades civiles y militares
devolverles a los ciudadanos el derecho de ejercer el sufragio de manera
transparente.
Repudió que el CNE, pese a los
llamados dentro y fuera del país, “se haya mostrado una vez más como un
árbitro parcializado, al servicio del partido oficialista”. Refirieron
que dentro de las condiciones que atentaron contra el voto figuraron los
impedimentos para la sustitución de los candidatos, la migración a
última hora de electores hacia otros centros de votación, la falta de
una observación internacional plural y los abusos en el voto inducido.
Los prelados denunciaron que durante
el proceso comicial hubo un cúmulo de irregularidades como el uso de
medios y recursos del Estado para hacer propaganda y un evidente
ventajismo oficial. Sin embargo, consideran que estas condiciones no
deben conducir a la pérdida de la credibilidad y confianza en el poder
del voto como vía de solución pacífica y democrática para los cambios
urgentes que se requieren: “No se puede prescindir de la vía electoral
¡No nos dejemos robar la esperanza!”.
Los obispos manifestaron su
solidaridad con el pueblo: “Compartimos cotidianamente alegrías y
tristezas, y sufrimos las dramáticas consecuencias que genera la
profunda crisis ética, política, social y económica que afecta a todos,
pero particularmente a los más pobres. A él, le aseguramos nuestra
oración y el compromiso de seguir contribuyendo al bien común de nuestra
nación”.
El mensaje pastoral fue suscrito por
todos los obispos encabezados por la directiva de la CEV, monseñor Diego
Padrón, presidente; monseñor Mario Moronta, primer vicepresidente, y
monseñor José Luis Azuaje, segundo vicepresidente, así como los
cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porras, presidentes eméritos de
la instancia eclesiástica.
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