Foto: Archivo
Jesús M. Gambus|r2001@bloquedearmas.com
Hay poca tinta para reseñar las cifras de la actividad de la
industria gráfica venezolana, cuando el calendario marca hoy la fecha
más especial del sector.
Y es que a suspensión de la entrega de divisas al sector, como en
gran parte de la economía venezolana , pinta con una paleta sombría los
informes anuales de la industria.
A los apremios que señalan las voces identificadas con los
contrapesos de la producción representados por los aumentos salariales,
bonos, controles de precios y demás disposiciones oficiales,
desbalancean lo que hasta hace poco fue empresas pujantes, activas,
generadoras de empleo directo e indirecto.
Todo ese cuadro que afecta un mundo diversificado en el que conviven,
diarios, revistas, folletos, catálogos, encartes, afiches, impresiones
de empaques, carteles, gigantografías, vallas, etc, no tiene la
consideración que los empresarios desean del Dicom.
¿ Dónde está el futuro?. La Asociación de Industriales de Artes Gráficas en Venezuela
capea el temporal esperando que la realidad económica marque un signo
esperanzador que le permita reactivar sus tareas y dar servicio a sus
agremiados.
Por los momentos, el desafío de la actualización de equipos,
técnicas, materiales son materia pendiente, como lo son la capacitación
del talento humano para acometer los nuevos desafíos, en cooperación con
organismos de formación profesional.
Deudas. Otro factor que atrofia la musculatura del sector gráfico son las deudas contraídas con los proveedores internacionales.
La continuidad de las políticas de control de cambio en las que
persiste el gobierno nacional espantan los abastecimientos y ponen en
peligro pocas las líneas de crédito. que se pueden permitir los
afiliados a la industria.
El director ejecutivo de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas de Venezuela (AIAG), Edgar Fiol reafirmó la necesidad de divisas para emprender las proyecciones del sector.
Hay fallas evidentes en las materias primas; los inventarios de insumos
presentan cifras preocupantes, los repuestos para cumplir con el debido
mantenimiento no se encuentran con la disponibilidad del caso y se
dificulta la adquisición de las maquinarias, subrayó Fiol.
Sin el chivo y sin el mecate. El gremio industrial necesita a través del Dicom, al menos 199 millones de dólares al año y apenas cuenta con las divisas para satisfacer a los consumidores. Fabricar en Venezuela no es la opción, en una economía paralizada. Por tanto, se ve limitado por tomar impulso.
“Y es que no hay producto que no tenga un componente de la industria gráfica”.
Fiol pone atención en la producción alimentaria que se auxilia del
trabajo gráfico en la parte de los empaques, los diseños, eso si contar
la publicidad, otra de las actividades conexas con la industria que
representa.
Dato Cifra. 70% de la producción de la industria gráfica venezolana se redujo en un setenta por ciento. |
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