Foto: Jacob Atircopy Osorio
Calos Carreño Zabala|czabala@bloquedearmas.com
La visión de Luis Salamanca delinea con facilidad la
arquitectura del gran edificio político que representa Venezuela. En un
país en el que las elecciones y los gobernantes son tema de
conversación constante, el abogado y politólogo manifiesta que “2018 podría representar una batalla final por lo menos para el devenir de los próximos seis años”.
“El Gobierno no tiene capacidad para ganarle a la oposición
electoralmente, pero ha sabido mover mejor sus fichas”, expresa. Sobre
la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el también
profesor universitario señala que atraviesa por su peor momento y no
cree que haya que cambiarla. Destaca que dos de los retos que tiene la
coalición adversa al oficialismo son “la reunificación y la recuperación
del electorado abstecionista”.
Salamanca agrega que “la oposición junto con la ciudadanía deben luchar en todos los frentes posibles contra el chavismo si quieren lograr un cambio”.
¿Cómo vislumbra la situación política nacional actual?
La situación política del país en este momento está como se dice
coloquialmente en Venezuela en stand by, a la espera de algo, hay una
expectativa tanto nacional como internacionalmente de que pueden ocurrir
eventos políticos ya no este año sino el año que viene sobre todo con
las elecciones presidenciales.
Otro rasgo es la ofensiva del gobierno para tomar control de toda la vida nacional mediante la Asamblea Nacional Constituyente.
El gobierno sobre todo después de las elecciones de gobernadores
tiene un aire triunfalista, y eso lo uno con el hecho de que la
oposición quedó desestructurada, en dispersión, como en desbandada, y lo
que se espera es que en la oposición pasen algunas cosas importantes,
como por ejemplo, que se reconstituya y que pueda recuperar la dirección
unitaria de las fuerzas opositoras, y que no se disuelva la Mesa de la
Unidad Democrática (MUD).
¿Y la situación social?
El tema de la situación social sigue siendo delicado y cada día más
grave. Hay mayor escasez, una inflación desatada y una población
sometida a una destrucción patrimonial de sus bienes. Por eso, aquí la
posibilidad de una explosión social sigue latente.
Obviamente, no se va a dar fácilmente básicamente porque el Gobierno
ha transmitido el mensaje de que tiene la capacidad de contención por
vía de la represión de cualquier estallido social. El Estado está alerta
y tiene planes listos para evitar que esto ocurra al estilo del
Caracazo en 1989.
El gobierno transmite el mensaje de estar fortalecido
internamente pero a nivel internacional todo parece indicar lo
contrario, ¿usted qué opina?
En términos electorales, la fuerza del Gobierno está estancada porque
no muestra crecimiento desde el año 2015 al 2017, y está en el margen
de entre 5 y 6 millones de votos. El Psuv que es el partido del gobierno
viene descendiendo elección tras elección en sus votos, perdiendo piso
electoral.
Eso indica que desde el punto de vista de esa variable tan esencial
para el año que viene que es el sufragio, el gobierno no tiene capacidad
o fuerza suficiente para ganarle a la oposición en una elección
democrática y en la que se respeten las normas.
Luego, tienes un presidente de la República que es el más rechazado
en toda la historia nacional. Hay un 80% de la población que cuestiona a
Maduro. Un tercer signo de debilidad es su restringido y prácticamente
nulo margen de maniobra económico. Maduro no tiene dinero y tiene deudas
por todos lados. Además, el aislamiento internacional es prácticamente
un hecho.
Entonces, ¿qué mantiene al Gobierno en el poder?
El Gobierno tiene algunos elementos que lo sostienen. Por una parte,
el apoyo militar algo que ya se sabe pero lo traigo a colación porque
Maduro no gobierna de acuerdo a las normas. Maduro ya creó -y está
funcionando así- un nuevo modelo político-institucional que no es el que
está en la constitución.
De hecho, está casi perfeccionado el modelo que se viene haciendo
desde la época de Chávez, quien inició ese modelo en el cual el
gobernante manda sin importarle si se lleva las normas constitucionales
por delante. Maduro siguió esa ruta y la ha profundizado de una manera
absoluta con la Constituyente. Ese es un poder importante que tiene
Maduro.
Hay otro poder que tiene el Presidente y es que, aunque está
debilitado electoralmente, tiene la ventaja de que los 5 ó 6 millones de
votos que tiene los puede manejar con disciplina, es un voto controlado
y está encapsulado en el Carnet de la Patria y en las misiones, algo
que no tiene la oposición.
¿Qué lectura podría hacer de la oposición criolla?
Este es el peor momento de la MUD porque está haciéndole el guión al
Gobierno en el sentido de que en vez de reunificarse, cada partido y
dirigente están por su lado, hablando por aquí y por allá. Por ejemplo,
cada quien tomó una decisión independiente y particular frente a las
elecciones regionales. Eso fue un error.
Sin embargo, soy de los que cree que uno no debe quedarse aferrado a
la crítica del error, hay que pasar la página porque los acontecimientos
están muy rápidos y viene esta elección presidencial. Creo que no es el
momento de cambiar la MUD y el dirigente político que no tenga claro
eso va a ser un factor de derrota y va a estar indirectamente trabajando
para el gobierno de gratis.
No es concebible que se promueva el abstencionismo como posición
política en este momento tan dramático para el país cuando viene una
elección de la cual puede salir una renovación del chavismo por seis
años más.
Dice que la MUD tiene que volver a recuperar su unidad, pero ¿qué otros retos debe afrontar la oposición criolla?
Otro reto que debe afrontar es el de volver a atraer al elector
venezolano abstencionista a la idea de votar. Hay entre dos y tres
millones de venezolanos que entraron en modo abstencionista, como dicen
los jóvenes.
Primero, la oposición tiene que convencer a ese elector de que
evidentemente la única vía que tiene un ciudadano democrático para
cambiar políticamente a un país y salir del gobierno es el sufragio. En
segundo lugar, que ese cambio se puede lograr porque el potencial de
votos que tiene la oposición -yo lo calculo cercano a los ocho millones-
es mayor que el que tiene el gobierno.
¿Cuáles son los pasos que pudiera dar la oposición para lograr salir del gobierno?
Es urgente hacer las primarias para elegir al candidato opositor de
cara a las presidenciales porque no sabemos cuándo el Poder Electoral
hará la convocatoria a elecciones. Además, ese candidato unitario debe
tener un suplente, por ejemplo, elegir también un candidato a
Vicepresidente aunque no se elige en Venezuela pero tenerlo allí en la
fórmula por si acaso.
El detalle es que no hay muchos líderes de dónde escoger, algunos
están presos o inhabilitados. Por otra parte, la oposición tiene primero
que reconstituirse y recomponerse. Las elecciones presidenciales van a
ser más viciadas que las regionales porque está en juego el máximo poder
de la República, hay que partir de ese criterio y prepararse para ello.
¿La oposición no ha entendido cómo salir de este gobierno?
No es eso. No creo que la oposición haya sido incompetente, lo que
pasa es que la oposición ha jugado como tiene que jugar, de forma
democrática pero el gobierno juega bajo otras reglas, las reglas
dictatoriales y frente a eso no hay mucho por hacer. No estoy de acuerdo
cuando se dice que es la MUD la que no ha servido, al contrario creo
que ha realizado lo mejor que ha podido.
De hecho, los mejores resultados políticos en estos casi veinte años
los ha conseguido la MUD desde ganar la elección del 2015 hasta ser una
fuerza unitaria que está permanentemente presente y el Gobierno sabe que
ese es su enemigo fundamental y por eso todo su interés en disminuirla,
liquidarla y desprestigiarla.
Sostiene que hay pocos líderes opositores de dónde escoger,
¿cree que hace falta una nueva dirigencia, nuevos líderes por parte de
la oposición?
Sí, siempre es bueno refrescar el liderazgo pero lo importante es la
política que se va a desarrollar. Y esa política tiene que ser unitaria,
buscando a un solo hombre que dirija el país y con el compromiso de las
fuerzas políticas de apoyar a ese individuo. Si es eso no es así,
preparémonos para seis años más de Madurismo.
Afirma que Nicolás Maduro es sumamente cuestionado, ¿Cree que el
oficialismo se atreverá a relanzarlo en unas presidenciales?, ¿Eso sería
beneficioso o perjudicial para el chavismo como fuerza política? No sé qué va a hacer el chavismo, pero evidentemente Maduro es el menos malo de ellos.
Ahora ellos también saben que Maduro es un hombre con muchas
falencias, lo que los puede hacer pensar en lanzar un candidato
distinto, pero eso es un riesgo también porque Maduro como Presidente
sería candidato y Presidente al mismo tiempo, otro candidato sería
alguien que va a tener el apoyo de la presidencia pero que no va a ser
el presidente de la República.
Por ahí se dice que puede ser Héctor Rodríguez el candidato del
chavismo pero yo no le veo a Rodríguez el grado de implantación nacional
que se requiere en una campaña presidencial.
¿Qué hacer ante un panorama de país que se proyecta más complicado?
Yo soy de los que cree que a la oposición y a los ciudadanos les
corresponde dar una lucha en todos los terrenos. No hay terreno que se
pueda despreciar en la lucha contra un régimen que cada día avanza más
hacia el poder absoluto.
Junto al frente internacional y militar, también está abierta la
brecha del diálogo entre el gobierno y la oposición que hasta ahora no
ha dado ningún resultado, pero que está ahí. Ahora, el sufragio sigue
siendo la vía más importante y más fuerte para conseguir un cambio
político.
Obviamente hay que tomar en cuenta que el voto ha sido debilitado por
el Gobierno para que la gente se desmoralice, pero no hay que descartar
nada ni andar tampoco con la idea de que esta es la batalla final,
aunque el año que viene parece ser una batalla final por lo menos para
los siguientes seis años.
2017-11-11
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.