Foto: Archivo
Contra todo pronóstico del Gobierno nacional, el codiciado billete
verde explora nuevos techos de cotización, al superar los 200 mil
bolívares por unidad.
El nuevo ascenso de Mr. Dollar ocurre en medio del cacaraqueo oficial
de la emisión del petro, como la nueva panacea que bajará al signo
monetario del mercado paralelo de su cielo particular.
Las alzas diarias y significativas del dólar parecen no sorprender a
los economistas, analistas financieros y demás expertos que de manera
recurrente advierten del fracaso de un modelo económico y un sistema
cambiario, que no se corresponde con la realidad.
Del otro lado, el venezolano de a pie, aunque sin experticia en esos
menesteres sabe que cada vez que el dólar se distancia del bolívar,
tendrá que pagar más caro por casi todo, hasta por las cajitas del Clap.
Reflexiones. La subida del precio del “innombrable” como también se
le conoce desató un sin fin de reflexiones por las redes sociales, solo
que a falta de espacio, los límites obligaron a unos cuantos usuarios a
recordar, tanto como lamentar que de no haberse eliminado los tres ceros
a la derecha del signo monetario venezolano en 2007 durante el Gobierno
de Hugo Chávez, hoy un dólar costaría 200.000.000.
Siglas a montón. La creatividad oficial ha sido enorme para fomentar
organismos y métodos de selección de adjudicatarios de divisas.
En 1983 se abrió el torrente con el Sistema de Régimen de Cambios Diferenciales, de más ingrato recuerdo por sus siglas: Recadi.
En 2003 se instaura el control de cambio en Venezuela, a una tasa de
1.600 bolívares por dólar y se crea la Comisión de Administración de
Divisas CADIVI.
De allí el glosario cambiario ha dado para cualquier iniciativa
oficial en el asunto: El Cambio oficial, Cencoex, Simadi (el viajero) ,
Sicad, (el permuta) Dipro (el protegido) , Dicom (el complementario), el
dólar viajero, el dólar electrónico, entre los que más se recuerdan.
La complicada ensalada de nombres sin embargo, no ha saciado las
expectativas de quienes desean un mercado cambiario sano, diáfano, no
sujeto a corruptelas.
Una raya más para el tigre
El nuevo techo alcanzado por la divisa estadounidense
en el mercado negro se vive con extrema preocupación en el sector
empresarial excluído de los beneficios del dólar protegido que asigna el
Gobierno.
La intranquilidad es ahora mucho mayor por la orden de la Sundde de
obligarlos a restablecer los precios de diciembre de 2017 en sus
anaqueles.
En busca de sobrevivencia, muchas empresas e industrias han recurrido
al mercado paralelo, a buscar dólares para continuar con sus
actividades y no bajar la santa María.
El encarecimiento de la divisa estadounidense, que se monitorea
inclusive por horas, significa entonces más que una proeza empresarial
para reponer los escasos inventarios que queden tras el restablecimiento
de los “precios justos”.
Igual consideración existe en el resto de la economía nacional,
anclada al dólar, a un contexto de inestabilidad política y uas
proyecciones aun más negativas para el resto del año |
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