Argentina organizó el encuentro privado por pedido de Donald Trump, que telefónicamente le encomendó la tarea a Mauricio Macri, publica Infobae.
Por Silvia Mercado
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En el salón del quinto piso de Hipólito Yrigoyen 250, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, se reunió hoy a las 9:30 con sus pares de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Francia, Brasil y México, entre otros, para tratar un paquete de sanciones contra Venezuela, una nación que derrapa día a día en una escalada que parece no encontrar piso. La reunión quiso mantenerse en estricto secreto, porque se trata de un pedido que Donald Trump le hizo al presidente argentino en la conversación telefónica que mantuvieron la semana pasada.
Ayer, el alcalde de Caracas desplazado Antonio Ledezma hizo circular una carta pública solicitando “que los gobiernos latinoamericanos instrumenten sanciones personalizadas a los jerarcas y a su entorno por ser responsables de la violación de los más elementales derechos humanos, por haber cometido delitos de
narcotráfico, corrupción y por tener estrechos vínculos con el terrorismo internacional”, en lo que se considera una estrategia internacional coordinada para cercar al régimen venezolano.
El secretario del Tesoro norteamericano, Steven Mnuchin, el recientemente asumido ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, el canadiense William Morneau, el francés Bruno Le Maire, el inglés Philip Hammond, el brasileño Henrique Meirelles y el mexicano José González Anaya serían los presentes en la reunión que se está desarrollando con el argentino Caputo.
La discusión en torno a si conviene o no sancionar a Venezuela se viene dando hace meses en el mundo y existe un fuerte lobby en los Estados Unidos que logró evitar que ese país le deje de comprar crudo, lo que significaría un durísimo golpe a la economía venezolana. Es que más del 30% de los barriles que extrae PDVSA van a Norteamérica, unos 32 millones de dólares diarios. Los importadores de esa materia prima, que son los dueños de las refinerías, lograron hasta ahora un consenso mundial contra esa medida.
En cambio, 13 altos funcionarios venezolanos fueron sancionados y sus cuentas en Estados Unidos y la Unión Europea embargadas, incluido el jefe de finanzas de la petrolera venezolana, Simón Zerpa, que fue compensado por Nicolás Maduro con el cargo de ministro de Hacienda, para hacer valer el respaldo del régimen.
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