Trabajadores de la
Corporación Eléctrica Nacional protestaron en la sede principal de la
empresa estatal en Caracas para exigir el pago de salarios y bonos,
entre ellos el ticket alimentación, indexados con la inflación como lo
plantea el proyecto del contrato colectivo que regirá durante dos años.
Reinaldo Díaz, secretario general del
sindicato de la Gran Caracas, informó que la mayoría de los
trabajadores gana entre 1 y 2,5 salarios mínimo mensuales, que no
alcanza para comprar un cartón de huevos. “Un bachaquero gana más que un
ingeniero de Corpoelec con años de experiencia”, afirmó.
La Federación Nacional de
Trabajadores Eléctricos y sus sindicatos afiliados introdujeron el
proyecto de contrato colectivo en octubre pasado en el Ministerio del
Trabajo, pero en esa espera las condiciones socioeconómicas del personal
han empeorado por el incremento de la inflación. Por ello, Fetraelec
entregó en abril pasado al ministro de Energía Eléctrica y presidente de
Corpooelec, Luis Motta Domínguez, una propuesta económica de emergencia
como anticipo a la convención colectiva, que consiste en el pago de
34,9 millones de bolívares por trabajador para cubrir, por lo menos, las
necesidades del grupo familiar.
Ante el silencio de la estatal
eléctrica, las asambleas de trabajadores de todo el país acordaron ir al
ausentismo laboral hace dos semanas, acción que se detuvo debido a la
convocatoria del despacho del Trabajo a las partes para que se sentaran a
negociar. Sin embargo, la respuesta de Corpoelec de pagar 18,2 millones
de bolívares en lugar de los 34,9 millones planteados, prendió
nuevamente la situación del conflicto.
La dirigencia sindical también
demanda la dotación de uniformes, los cuales no reciben desde hace ocho
años, y mejorar las condiciones de seguridad en las instalaciones y
redes deterioradas por la falta de mantenimiento, lo que ocasiona las
constantes y prolongadas interrupciones del servicio, especialmente en
Zulia y estados andinos.
Díaz resaltó que por los bajos
salarios más de 17.000 gerentes, profesionales y técnicos de Corpoelec,
con entre 10 y 20 años de experiencia, han renunciado desde 2017. “Ese
recurso humano que se va es muy difícil de reponer con gente nueva y
experimentada, además su falta ocasiona una carga excesiva para el
personal que se queda expuesto a más riesgos de accidentes laborales”,
dijo.
Contó que recientemente un operario
perdió una pierna mientras atendía una avería y Corpoelec se niega a
costearle la prótesis. Agregó que también hay que mejorar las
condiciones de la pensión y salud de los jubilados.
De mal en peor. Alí
Briceño, directivo de Fetraelec, alertó sobre el deterioro del sistema
eléctrico nacional que con racionamientos programados apenas puede
atender la baja demanda eléctrica pico del país, de 13.000 megavatios,
como consecuencia de la caída de la actividad en el aparato productivo y
la diáspora.
“Con unas industrias funcionando a
plena capacidad, Corpoelec no podría atender la demanda asociada
nacional de entre 20.000 y 24.000 MW”, señaló el dirigente.
Afirmó que el descenso del consumo
eléctrico se debe a que el sector industrial privado opera a menos de
40% de sus posibilidades, mientras que los hornos de la Siderúrgica del
Orinoco están apagados, las empresas del aluminio y la industria
petrolera trabajan a 30% de capacidad.
Explicó que 90% de los
transformadores instalados en las subestaciones eléctricas tienen
vencida su vida útil (más de 25 años) y requieren ser repotenciados o
sustituidos por otros nuevos, para evitar incendios como los del Zulia.
Con respecto a la queja de usuarios
de Caracas, referida a que Corpoelec les comunicó que deben asumir el
costo de un transformador nuevo en sustitución de otro que se quemó,
Briceño indicó que la ley eléctrica dispone que el sector y la
prestación del servicio con calidad es responsabilidad de la empresa
estatal, por lo que ella debe correr con ese gasto.
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