En solo año y medio el Banco Central
de Venezuela ha tenido tres presidentes designados por el gobierno.
Ninguno de los nombramientos fue autorizado por la Asamblea
Nacional como lo establece el artículo 9 de la Ley del banco central, según
el cual la máxima autoridad del instituto emisor debe ser ratificada
por el voto de la mayoría de los miembros del Parlamento.
En enero de 2017 Ricardo Sanguino
asumió la conducción del BCV por orden del presidente Nicolás Maduro. En
octubre pasado –cuando el país entró por primera vez en
hiperinflación–, la asamblea nacional constituyente, presidida entonces
por Delcy Rodríguez, lo destituyó y en su lugar designó a Ramón Lobo.
El ex titular ocupó el cargo durante
ocho meses hasta que el martes la ANC, a minutos de haber sido nombrado
Diosdado Cabello como su presidente, aprobó la solicitud de Maduro de
elegir un nuevo jefe del BCV. Calixto José Ortega Sánchez se convirtió
en el tercer presidente del instituto emisor sin autorización del
Parlamento.
A pesar de que la Ley del banco central indica que su presidente es escogido para un período de siete años, ni Sanguino ni Lobo pasaron más de nueve meses en el puesto.
“Eso demuestra improvisación, no
saben qué están haciendo, no saben cómo parar la inflación y, en
definitiva, no les interesa porque no han presentado ni siquiera un plan
para atacar la hiperinflación”, aseguró el economista y diputado Ángel
Alvarado, miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea.
La constante rotación, añadió,
también señala la falta de independencia del BCV. “Pareciera un
ministerio más de Maduro, cuando en realidad debe ser y es
constitucionalmente un órgano independiente y autónomo que debe obedecer
únicamente a la estabilidad de la moneda, pero en este caso no es así.
Se dedica a financiar a Maduro y a tratar de ser viable un proyecto
político”.
Afirmó que han sido nombramientos
ilegales porque no fueron aprobados por la Asamblea Nacionaly que
ninguno ha cumplido con los requisitos mínimos que exige la ley como
concursos y credenciales, sino que son personas leales al presidente.
“Evidentemente que con Sanguino, que fue diputado del PSUV, y ahora con
Ortega Sánchez, que fue diplomático de Maduro, no han garantizado la
independencia y la autonomía del Banco Central”, agregó.
Ortega Sánchez, sobrino del
magistrado y ex diputado de la Asamblea Calixto Ortega, fue
vicepresidente de Finanzas de Citgo hasta que Estados Unidos le negó la
visa este año, y se desempeñó como cónsul de Venezuela en Houston desde
2008 hasta 2013 y en Nueva York desde 2013 hasta 2017.
El economista y diputado José Guerra,
miembro de la Comisión de Finanzas del Poder Legislativo, reiteró que
Ortega Sánchez no cumple con ninguno de los requisitos que exige el
artículo 18 de la Ley del banco central, según el cual debe ser
una persona “de reconocida competencia en materia económica,
financiera, bancaria o afines a la naturaleza de las funciones por
desempeñar; con al menos diez años de experiencia”. Guerra agregó que el
nuevo titular no es economista sino ingeniero industrial.
“Fue un nombramiento político. Es una persona que no viene a cumplir el mandato de la Ley del banco central,
que es estabilizar los precios y bajar la inflación, sino que viene a
darle plata al gobierno para que financie el déficit”, aseveró.
El dato
El ex presidente del Banco Central de
Venezuela Ramón Lobo agradeció en su cuenta oficial de Twitter al
presidente Nicolás Maduro “por la confianza depositada para dirigir el
BCV” y a los trabajadores. “El mayor de los éxitos al camarada Calixto
Ortega Sánchez para encabezar esta institución en la etapa de renovación
económica. ¡Seguimos venciendo!”, expresó.
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