En los cinco años de gobierno, el
presidente Nicolás Maduro ha ganado estratégicamente el conflicto
político con la oposición, pero existen dos problemas que no ha logrado
superar con éxito: la crisis política y social. Las prebendas y la
represión –que emplea para controlar las protestas– no han frenado el
descontento ciudadano como consecuencia de las dificultades que padecen,
afirmaron expertos.
Ante el declive del modelo
socialista, Maduro blinda su gobierno con los mecanismos que ha
utilizado, cada vez con más intensidad, desde que llegó a la
Presidencia como el control de las instituciones, las ofertas
clientelares y la represión. Al tiempo en que su legitimidad y la
aceptación de la población descienden, señalaron.
“Maduro es cualquier cosa menos un
presidente popular. Es un individuo apoyado en la fuerza y no en el
consentimiento del pueblo. Goza de una legitimidad relativa”, aseguró
Fernando Spiritto, politólogo egresado de la Universidad Centralde
Venezuela y director de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales de la UCAB.
Sostuvo que el gobierno de Maduro se
encuentra agotado, sin ninguna idea o plan viable para afrontar la
fuerte situación que viven los venezolanos. Añadió que los principales
aspectos que han llevado al Ejecutivo a esta crisis han sido la falta de
recursos económicos y humanos.
Pedro Alfonso del Pino, profesor de
Derecho de la UCV, agregó que la escasez, la inflación y el colapso de
los servicio públicos también han contribuido a llevarlo al estado en el
que se encuentra actualmente. Estos conflictos minan de manera severa
la popularidad del mandatario nacional.
Estudios de opinión de varias
encuestadoras muestran que la popularidad de Maduro está por debajo de
18%, pese a que fue reelecto el 20 de mayo con 6.190.612 votos, según el
Consejo Nacional Electoral.
“En vez de un gobierno, es un gran
comando de campaña. No tienen ni la gente ni el dinero para resolver la
crisis, solo le queda la represión y el discurso vacío para mantenerse”,
afirmó Spiritto.
Del Pino puntualizó que en vista del
derrumbe que vive el país, el gobierno busca un tercero para
responsabilizarlo de las labores que le corresponden. Indicó que esta
estrategia discursiva actualmente no resulta “porque la gente está muy
clara que el principal responsable de la crisis es el gobierno
nacional”, añadió.
“Las prebendas no le están resultando
a Maduro. El colapso del socialismo rentista lo que ha ocasionado es
que el Ejecutivo se apoye más en la represión y con su discurso lo que
hace es crear expectativas, que muchas veces nomaterializa”, expresó
Spiritto.
La narrativa actual del presidente
simplemente genera expectativas de un gobierno legítimo y con respaldo
popular, pero más allá de eso el efecto a mediano y largo plazo es
nulo, debido a que la crisis ha hecho que el nivel de aceptación sea
cada vez menor. “Lo que tiene efecto es la fuerza y el control de las
instituciones”.
Astucia y oportunidades. Del
Pino señaló que el gobierno mantiene el reto de generar espacios
aprovechando la división de la oposición, buscando ser la primera
mayoría del país, pero siendo minoría.
Spiritto recomendó a los opositores
desandar el camino de divisiones que han recorrido los últimos meses,
unirse, proponer políticas públicas que resuelvan las dificultades e
iniciar un dialogo con la sociedad civil.
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