42 años
cumplió la compañía Metro de Caracas el pasado agosto. Durante sus 36
años de servicio comercial ha sido vista como una empresa insigne, sin
embargo en los últimos 3 años el deterioro ha sido alarmante y se ha
considerado inclusive que podría causar daños permanentes.
La falta
de inversión en su infraestructura y en el personal calificado para su
mantenimiento y resguardo han abierto las puertas al quebrantamiento de
sus principales valores y normativas. Sus usuarios se topan a
diario con estaciones sin iluminación, vagones con fallas técnicas,
retrasos, basura, paredes destruidas y hasta robos.
No
existen supervisores y tampoco nadie dispuesto a cumplir con lo que
corresponde. El Metro de Caracas ya llegó al punto de colapso, de
acuerdo a Ricardo Sansone, presidente de la Asociación Civil Familia
Metro, quien considera que el sistema ya no puede operar a sus niveles
de diseño, porque no cuenta siquiera con una flota que pueda cubrir la
demanda de pasajeros.
“Cuando
se habla de colapso no es que se parará el Metro, colapso es que no se
puede recuperar un bien o un servicio a su condición original. En base a
eso, Metro de Caracas no va a tener una buena disposición, no va a
poder mantenerse, no podrá recuperar la flota completa, las escaleras
mecánicas con buen servicio, no va a poder recuperar la limpieza porque
tienen que hacer una inversión muy grande en cuanto a recuperación y ese
dinero no se conseguirá con la venta de boletos, pues la tarifa es baja
y casi no se está cobrando, cualquier equipo debe comprarse afuera y el
dinero no lo tiene la empresa”, explica Sansone.
¿Estaría el Metro a punto de cierre en los próximos meses? Gustavo Henríquez, coordinador
de Metro Comunidad y pensionado de Metro Caracas indica que si bien
existe una posibilidad, sería irresponsable decir cuándo podría ocurrir
exactamente.
“Todo
está dentro de las posibilidades porque cuando se tienes algo a lo que
no le das mantenimiento, no le haces los correctivos, se va a dañar.
Metro está en un paro técnico y no es culpa de los trabajadores, es
culpa de las malas políticas de mantenimiento que tiene la empresa con
respecto al sistema”, sentencia.
Henríquez
sostiene que el personal operativo del Metro de Caracas se encuentra a
una capacidad de 30-40%. En sus años dorados, eran 12.500 trabajadores
los que hacían vida en el servicio de transporte público y hasta hace 15
días, quedaban 6.236. “Luego se produjeron renuncias masivas, y aunque no manejamos la cifra exacta, debe haber mermado entre 400-600 trabajadores”, dice.
Esto
conlleva a que el servicio que debe prestarse en las estaciones se
encuentre reducido a un 40%. “Normalmente deberían existir 2
trabajadores en estación más 1 supervisor y 1 protección. Hay estaciones
con un solo operador y el supervisor se encarga de 3 ó 4 líneas”,
resalta.
Atribuye
las faltas al éxodo del personal por causa de una contratación
colectiva deficiente. “La empresa no tiene dinero, no cumplen con las
reivindicaciones laborales a tiempo. Todo es falta de inversión y
recursos. Son sordos, no escuchan cuando damos propuestas porque somos
opositores (…) y si, la empresa está haciendo un esfuerzo buscando gente
de todos lados, pero están capacitando con cursos exprés que duran 1 ó 2
meses”, agrega.
En
cuanto a la capacidad de vagones operativos, el pensionado destaca que
actualmente se cuenta con 15 trenes para las 3 líneas subterráneas y que
el número ideal se ubica en 65 trenes: 37-41 para Línea 1, 22 para
Línea 2 y 2 para Línea 2.
Para el
coordinador de Metro Comunidad, la empresa se convirtió “en un brazo
ejecutor del partido Psuv, y todo con la llegada del constituyentista
Edison Alvarado (actual presidente de Sitrameca). Desde que ese señor entró a Metro la debacle fue grande.
No respetó meritocracia, había personal que fue formado en Francia y él
llegó y los sacó y empezó a colocar gente incompetente”.
Insiste
en que el Metro no se ha paralizado porque la administración actual tomó
el control de tráfico con personal de confianza que impide protestar al
resto con métodos como los que aplicaban anteriormente para exigir
mejoras.
Cree que
a este punto resultaría indiferente si el Metro siguiera abierto o
cerrara sus puertas indefinidamente. “Ya ha durado 7 días cerrado y no
ha pasado nada, da igual si está abierto o cerrado. Si no se toman los
correctivos necesarios, terminará ocurriendo. El Metro viene en debacle desde hace 3 años y no me van a decir que es producto del bloqueo económico”, puntualiza.
Ricardo
Sansone, por su parte, asegura que las autoridades harán lo imposible
porque ello no ocurra. “Metro no va a cerrar la santamaría, porque así
sea con un operador y un solo vagón operando, ellos seguirán
haciéndolo”, ya sea bien por un costo político o por la negativa a
reconocer lo que ocurre puertas adentro.
Con un
posible cierre del Metro de Caracas, alguna vez símbolo de modernismo y
compromiso, se estaría dejando desasistidos a más de 2 millones de
pasajeros, quienes tampoco cuentan en la actualidad con un óptimo
servicio de transporte público terrestre a causa de la crisis
socio-económica que afecta al país.
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