especial Enrique Melendez / 3 oct
2019.- Juan Pablo Olalquiaga, ex presidente de Conindustria, afirmó que
una vez que hayamos logrado la transición política, que todos ansiamos,
vamos a tener que pasar a hacer una transición de la economía, que
produzca y exporte productos de alto valor agregado.
“Yo
creo que ese es el reto, y sobre la base de ese reto es que se inserta
la necesidad que tenemos de tener una ley de propiedad intelectual y que
pueda servirnos de base, para que verdaderamente se genere
investigación en Venezuela, y esa investigación se pueda escalar a nivel
de producción”, manifestó el dirigente empresarial.
La afirmación la hizo en el marco de un foro, que organizó
Conindustria sobre el tema de la Ley Orgánica de Propiedad Industrial,
conjuntamente, con la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Asamblea
Nacional.
Comenzó señalando que Conindustria realizaba ese evento, pensando en
el futuro, que nos espera; pues, a su juicio, si nosotros tuviéramos una
producción petrolera de cinco millones de barriles diarios, a un costo
el barril de 150 dólares; no tendríamos necesidad de producir otra cosa,
salvo petróleo.
“La realidad del mundo no es esa. La realidad del mundo es una, en la
cual los fabricantes de carros que son los que consumen lo que nosotros
exportamos, están dejando de producir carros que no consumen gasolina
sino que consumen electricidad. Toyota dijo que para el año 2040 no iba a
producir más carros que consumieran gasolina. BMW ya está sacando tres
de sus modelos, totalmente eléctricos. Las principales ciudades europeas
no permiten carros que consuman combustible”.
Olalquiaga dijo que, por otra parte, la energía eólica y solar están
haciendo que no haya electricidad térmica y que así la previsibilidad,
según la OPEP, es que para el año 2029 vamos a estar en una curva
decreciente de demanda con lo cual va a haber una disminución importante
del consumo de petróleo y que, por lo demás, ya los venezolanos hemos
aprendido de que cuando hay pequeñas fluctuaciones hacia la baja en la
demanda de petróleo, los precios bajan de una manera significativa.
“Así que lo más probable es que nosotros podemos producir la cantidad
que sea, pero al final ese petróleo va a terminar valiendo en el
mercado todo lo que valen los demás productos y si la realidad es esa
Venezuela no va a ser un país petrolero exclusivamente en el futuro; con
lo cual tenemos que comenzar a pensar en qué es lo que vamos a producir
para exportar para poder complementar la balanza comercial petrolera o
sustituir la balanza con otros productos, y en el mundo las
posibilidades de salir a exportar productos, que todos los demás tienen y
se hace a un determinado costo”.
Se preguntó que cuál era ese costo: bueno, que se saca cinco por
ciento del margen de contribución sobre el mismo, y la verdad es que
vivir de unas exportaciones que lo que generan es cinco o diez por
ciento sobre cost, no da como para que podamos tener una balanza
comercial ni positiva ni que genere la cantidad de divisas necesaria;
como para poder importar todo lo que no producimos en Venezuela y que
por ende, la necesidad de tener innovación y poder crear productos que
podamos exportar que le agreguen fuerza a la balanza comercial de una
manera contundente está presente en nuestro horizonte.
“O sea, que una vez que hayamos logrado la transición política, que
todos ansiamos, vamos a tener que pasar a hacer una transición de la
economía, que produzca y exporte productos de alto valor agregado. Yo
creo que ese es el reto, y sobre la base de ese reto es que se inserta
la necesidad, que tenemos de tener una ley de propiedad intelectual y
que pueda servirnos de base, para que verdaderamente se genere
investigación en Venezuela, y esa investigación se pueda escalar a nivel
de producción”.
Se refirió a un Ranking, que viene de publicar la Universidad de
Corneil a propósito de los países donde se produce mayor cantidad de
innovación una escala en donde ni siquiera figura Venezuela; aun cuando
allí aparecen países que están en guerra como Costa de Marfil o Yemen, e
hizo ver que son muy pocas las empresas, que se dedican a la
investigación en Venezuela; un país donde por lo demás no se pueden
patentar las innovaciones, y que por eso algunas empresas se ven en la
obligación de tener que hacerlo en un país como España.
“Así que las necesidades de cambio, en términos de legislación de
propiedad intelectual en Venezuela pues son extraordinarias, y es
solamente el hecho de tener unos derechos de propiedad intelectual muy
sólidos lo que posibilita que se genere investigación. Nadie va a
generar investigación, en donde no hay derechos de propiedad. Lo peor es
lo que estamos pasando en la Venezuela actual; donde la propiedad
intelectual está enmarcada dentro de la Ley del Trabajo”.
Recordó algunas de las disposiciones de la normativa del antiguo
Pacto Andino, que amparaban algunos derechos de propiedad intelectual;
sobre todo, las de la Resolución 486; sólo que le pareció que algunas a
esta altura de los tiempos están desfasadas; una de las cuales
contemplaba la circunstancia de que ningún programa de computación se
puede patentizar; lo cual le pareció un absurdo como también acusó allí
la ausencia de los mecanismos de resolución de conflictos ni
reglamentaciones previas; sancionatorias para los violadores.
“El hecho de que existan mecanismos de diferencia de conflictos es
fundamental; para que uno sepa en qué instancia va a estar dirimiendo;
cuando haya una persona que enfrenta uno de los derechos, que uno ha
logrado proteger; que, además, den una manifestación simbólica; de lo
que significaría ser un infractor. Las personas normalmente responden;
cuando saben que van a ser sancionadas, y no violan los derechos de los
otros, como consecuencia de eso”.
Olalquiaga puso como ejemplo lo que acaba de suceder en Corea del
Sur; donde vienen de meter preso al dueño de la Samsumg; que es una
compañía coreana; equivalente a un Lorenzo Mendoza aquí en Venezuela,
acusado de soborno, por haberle regalado tres caballos a la hija de uno
de los asesores de la hasta entonces presidenta; ahora ex, puesto que
también le costó el cargo a ella; según una sentencia judicial.
“Algo así es lo que nos hace falta en Venezuela pero de lo cual
estamos muy lejos. De modo que el hecho de reglamentar los mecanismos de
diferencia y prever cuáles son las sanciones para que sean ejemplares
hace que las personas terminen respetando la propiedad”.
Se remontó de nuevo a la normativa del Pacto Andino, a propósito de
la Resolución 486; pues admitió que, no obstante, allí había algunas
cosas que calificó de importantes y que a su juicio deben estar en la
ley venezolana que se vaya a hacer, como serían el reconocimiento de los
signos distintivos, notoriamente conocidos; la protección contra los
actos de competencia desleal y una cosa bien importante que es la
protección de los secretos empresariales.
Enumeró las diversas formas en que se puede considerar un caso de
secreto empresarial y lo que significa un acto de piratería; cuando una
persona que tiene acceso a eso porque forma parte de su trabajo
cotidiano y simplement, se lo lleve y lo divulgue; sin duda a su juicio
es un acto que va destruyendo la capacidad, que tienen las empresas de
poder ir generando esa sapiencia; ese know how.
“En Venezuela la ley actual es tan arcaica es del año 1956; que allí
está contemplada la circunstancia de que si usted patentizó un producto;
también otro lo puede hacer con ese mismo producto, y lo puede
importar. Entonces, el nivel de protección, que se tiene es,
absolutamente, arcaico”.
Por ese mismo orden, según Olalquiaga habría que ir revisando muchas
cosas pues a su modo de ver la ley vigente tiene unas áreas de
actualización y de mejoras importantísimas sin las cuales las empresas
venezolanas no van a sentir que tienen suficiente protección como para
invertir lo necesario en la creación de esos productos que nos hacen
falta como para compensar la balanza comercial de esa Venezuela que
todos estamos persiguiendo.
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