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jueves, 3 de octubre de 2019

Olalquiaga: La propiedad intelectual en Venezuela la regula ley de 1956

Olalquiaga3 octubre, 2019
especial Enrique Melendez / 3 oct 2019.- Juan Pablo Olalquiaga, ex presidente de Conindustria, afirmó que una vez que hayamos logrado la transición política, que todos ansiamos, vamos a tener que pasar a hacer una transición de la economía, que produzca y exporte productos de alto valor agregado.
“Yo creo que ese es el reto, y sobre la base de ese reto es que se inserta la necesidad que tenemos de tener una ley de propiedad intelectual y que pueda servirnos de base, para que verdaderamente se genere investigación en Venezuela, y esa investigación se pueda escalar a nivel de producción”, manifestó el dirigente empresarial.


La afirmación la hizo en el marco de un foro, que organizó Conindustria sobre el tema de la Ley Orgánica de Propiedad Industrial, conjuntamente, con la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional.
Comenzó señalando que Conindustria realizaba ese evento, pensando en el futuro, que nos espera; pues, a su juicio, si nosotros tuviéramos una producción petrolera de cinco millones de barriles diarios, a un costo el barril de 150 dólares; no tendríamos necesidad de producir otra cosa, salvo petróleo.
“La realidad del mundo no es esa. La realidad del mundo es una, en la cual los fabricantes de carros que son los que consumen lo que nosotros exportamos, están dejando de producir carros que no consumen gasolina sino que consumen electricidad. Toyota dijo que para el año 2040 no iba a producir más carros que consumieran gasolina. BMW ya está sacando tres de sus modelos, totalmente eléctricos. Las principales ciudades europeas no permiten carros que consuman combustible”.
Olalquiaga dijo que, por otra parte, la energía eólica y solar están haciendo que no haya electricidad térmica y que así la previsibilidad, según la OPEP, es que para el año 2029 vamos a estar en una curva decreciente de demanda con lo cual va a haber una disminución importante del consumo de petróleo y que, por lo demás, ya los venezolanos hemos aprendido de que cuando hay pequeñas fluctuaciones hacia la baja en la demanda de petróleo, los precios bajan de una manera significativa.
“Así que lo más probable es que nosotros podemos producir la cantidad que sea, pero al final ese petróleo va a terminar valiendo en el mercado todo lo que valen los demás productos y si la realidad es esa Venezuela no va a ser un país petrolero exclusivamente en el futuro; con lo cual tenemos que comenzar a pensar en qué es lo que vamos a producir para exportar para poder complementar la balanza comercial petrolera o sustituir la balanza con otros productos, y en el mundo las posibilidades de salir a exportar productos, que todos los demás tienen y se hace a un determinado costo”.
Se preguntó que cuál era ese costo: bueno, que se saca cinco por ciento del margen de contribución sobre el mismo, y la verdad es que vivir de unas exportaciones que lo que generan es cinco o diez por ciento sobre cost, no da como para que podamos tener una balanza comercial ni positiva ni que genere la cantidad de divisas necesaria; como para poder importar todo lo que no producimos en Venezuela y que por ende, la necesidad de tener innovación y poder crear productos que podamos exportar que le agreguen fuerza a la balanza comercial de una manera contundente está presente en nuestro horizonte.
“O sea, que una vez que hayamos logrado la transición política, que todos ansiamos, vamos a tener que pasar a hacer una transición de la economía, que produzca y exporte productos de alto valor agregado. Yo creo que ese es el reto, y sobre la base de ese reto es que se inserta la necesidad, que tenemos de tener una ley de propiedad intelectual y que pueda servirnos de base, para que verdaderamente se genere investigación en Venezuela, y esa investigación se pueda escalar a nivel de producción”.
Se refirió a un Ranking, que viene de publicar la Universidad de Corneil a propósito de los países donde se produce mayor cantidad de innovación una escala en donde ni siquiera figura Venezuela; aun cuando allí aparecen países que están en guerra como Costa de Marfil o Yemen, e hizo ver que son muy pocas las empresas, que se dedican a la investigación en Venezuela; un país donde por lo demás no se pueden patentar las innovaciones, y que por eso algunas empresas se ven en la obligación de tener que hacerlo en un país como España.
“Así que las necesidades de cambio, en términos de legislación de propiedad intelectual en Venezuela pues son extraordinarias, y es solamente el hecho de tener unos derechos de propiedad intelectual muy sólidos lo que posibilita que se genere investigación. Nadie va a generar investigación, en donde no hay derechos de propiedad. Lo peor es lo que estamos pasando en la Venezuela actual; donde la propiedad intelectual está enmarcada dentro de la Ley del Trabajo”.
Recordó algunas de las disposiciones de la normativa del antiguo Pacto Andino, que amparaban algunos derechos de propiedad intelectual; sobre todo, las de la Resolución 486; sólo que le pareció que algunas a esta altura de los tiempos están desfasadas; una de las cuales contemplaba la circunstancia de que ningún programa de computación se puede patentizar; lo cual le pareció un absurdo como también acusó allí la ausencia de los mecanismos de resolución de conflictos ni reglamentaciones previas; sancionatorias para los violadores.
“El hecho de que existan mecanismos de diferencia de conflictos es fundamental; para que uno sepa en qué instancia va a estar dirimiendo; cuando haya una persona que enfrenta uno de los derechos, que uno ha logrado proteger; que, además, den una manifestación simbólica; de lo que significaría ser un infractor. Las personas normalmente responden; cuando saben que van a ser sancionadas, y no violan los derechos de los otros, como consecuencia de eso”.
Olalquiaga puso como ejemplo lo que acaba de suceder en Corea del Sur; donde vienen de meter preso al dueño de la Samsumg; que es una compañía coreana; equivalente a un Lorenzo Mendoza aquí en Venezuela, acusado de soborno, por haberle regalado tres caballos a la hija de uno de los asesores de la hasta entonces presidenta; ahora ex, puesto que también le costó el cargo a ella; según una sentencia judicial.
“Algo así es lo que nos hace falta en Venezuela pero de lo cual estamos muy lejos. De modo que el hecho de reglamentar los mecanismos de diferencia y prever cuáles son las sanciones para que sean ejemplares hace que las personas terminen respetando la propiedad”.
Se remontó de nuevo a la normativa del Pacto Andino, a propósito de la Resolución 486; pues admitió que, no obstante, allí había algunas cosas que calificó de importantes y que a su juicio deben estar en la ley venezolana que se vaya a hacer, como serían el reconocimiento de los signos distintivos, notoriamente conocidos; la protección contra los actos de competencia desleal y una cosa bien importante que es la protección de los secretos empresariales.
Enumeró las diversas formas en que se puede considerar un caso de secreto empresarial y lo que significa un acto de piratería; cuando una persona que tiene acceso a eso porque forma parte de su trabajo cotidiano y simplement, se lo lleve y lo divulgue; sin duda a su juicio es un acto que va destruyendo la capacidad, que tienen las empresas de poder ir generando esa sapiencia; ese know how.
“En Venezuela la ley actual es tan arcaica es del año 1956; que allí está contemplada la circunstancia de que si usted patentizó un producto; también otro lo puede hacer con ese mismo producto, y lo puede importar. Entonces, el nivel de protección, que se tiene es, absolutamente, arcaico”.
Por ese mismo orden, según Olalquiaga habría que ir revisando muchas cosas pues a su modo de ver la ley vigente tiene unas áreas de actualización y de mejoras importantísimas sin las cuales las empresas venezolanas no van a sentir que tienen suficiente protección como para invertir lo necesario en la creación de esos productos que nos hacen falta como para compensar la balanza comercial de esa Venezuela que todos estamos persiguiendo.

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