.

.

Translate

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Hoteles de Vargas en el olvido: dos décadas de promesas y dineros perdidos



Lo que comenzó como un compromiso de reinaugurar los antiguos Meliá y Sheraton en los primeros años posteriores a la tragedia de 1999 se ha convertido en una historia de anuncios, fondos entregados, mentiras y abandono. Para 2020 se corrió la arruga que viene desde hace tres lustros

Hace veinte años, una tragedia puso fin a la época dorada del litoral central, un destino turístico venezolano de alto target en el siglo XX donde despuntaban los prestigiosos hoteles cinco estrellas Macuto Sheraton y Meliá Caribe. El 15 de diciembre de 1999, la Dirección de Defensa Civil recomendó declarar el estado de emergencia nacional ante el peor desastre natural por el que haya pasado el país desde el terremoto de 1812: la tragedia de Vargas.


Inundaciones y deslaves provocados por lluvias torrenciales devastaron buena parte del estado, llevándose consigo vidas, patrimonios y los años gloriosos de lo que fue uno de los puertos más importantes del Caribe, consolidado como tal tras la llegada de las dos cadenas hoteleras internacionales.
“Fueron una insignia no solo para el litoral guaireño sino para toda Venezuela”, asegura José Alberto Núñez, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Hoteles de Venezuela (Fenahoven). “Fueron de los primeros que se categorizaron como cinco estrellas en el país. El Meliá Caribe era un hotel muy familiar, incluso había personas de Caracas que pasaban el fin de semana allá. Y el Sheraton era más que todo un hotel de mucha vocación internacional, recibía muchas tripulaciones de aerolíneas internacionales”, relata.
Las puertas del Meliá y del Sheraton –el primero que la cadena hotelera estadounidense abrió en Latinoamérica y el Caribe–, por donde pasaron políticos, artistas y especialistas de todo el mundo, no se volvieron a abrir desde el desastre del 99. En las dos décadas que lleva la “revolución”, los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro prometieron recuperarlos. Hoy, pese a millonarias inversiones realizadas y a los ocho ministros de Turismo que pasaron por el despacho, las instalaciones de los hoteles que aún no ha desmantelado el chavismo están peor que hace veinte años.
El cese de las operaciones de los hoteles luego de la tragedia no se debió precisamente a que las estructuras hayan sufrido daños irreparables. De hecho, los edificios prácticamente permanecieron intactos. Solo se vieron afectadas las áreas externas, como los jardines y las piscinas.
“Fue un sitio que (el deslave) casi no tocó. Los hoteles tuvieron un destino distinto”, afirma Leudo González, presidente del Consejo Superior de Turismo (Conseturismo). Vargas dejó de ser rápidamente un destino atractivo.

No era el momento propicio para pensar en el turismo. Venezuela, que ese miércoles 15 de diciembre ejercía su derecho al voto en el referéndum aprobatorio de la Constitución de 1999, vivía horrorizada una tragedia que sepultó cerca de 30.000 vidas.
Luego de la tragedia, los hoteles pasaron completamente a manos del Estado venezolano. La cadena Sheraton Hotels & Resorts y la extinta Corporación Venezolana de Turismo (Corpoturismo) decidieron no renovar el contrato de arrendamiento que mantenían sobre el establecimiento y las instalaciones las recibió el gobierno en buenas condiciones. Por otro lado, el plazo de la concesión a la empresa hotelera Meliá Hotels International había culminado a principios de 1999. El gobierno chavista se convirtió entonces en el amo y señor de ambos edificios emblemáticos.
“Cuando se terminaron las concesiones y pasaron a ser del Estado termina de empeorarse la situación física de las instalaciones. Comienzan a deteriorarse y a perderse”, dice González.
Según Jesús Morales, director ejecutivo de Conseturismo, los edificios de los antiguos Sheraton y Meliá son ahora “dos estructuras que no tienen ninguna utilidad”. Señala que el Estado, que es el propietario de esas instalaciones, no apuesta por la recuperación de los hoteles ni siquiera a través del empresariado privado con el que “se podría hacer una licitación para ver quién está interesado en reactivarlos”, lo cual devela que “realmente no hay un interés por parte del gobierno para recuperar esos establecimientos”.
“Desde el punto de vista económico, el chavismo ha afectado más al sector turístico que el deslave de Vargas”, expresa Morales.

Vanas promesas

Dos presidentes de la República y los dos únicos gobernadores que ha tenido Vargas en los últimos veinte años –Antonio Rodríguez San Juan (2000–2008) y Jorge Luis García Carneiro (2008–actual), ambos del partido oficialista– se comprometieron en vano a recuperar los hoteles y a devolver al turismo en Vargas el esplendor que tuvo antes del desastre.
Ocho ministros de Turismo han hecho lo propio desde el año 2005 hasta la fecha: Wilmar Castro Soteldo, Titina Azuaje, Pedro Morejón, Alejandro Fleming, Andrés Izarra, Marleny Contreras, Stella Lugo y Félix Plasencia. Todos anunciaron la reapertura de los lugares y para eso se aprobaron recursos millonarios. Ninguno cumplió.
Si las palabras pronunciadas por el actual ministro de Producción Agrícola y Tierras, Castro Soteldo, se hubieran hecho realidad, hoy los dos hoteles tendrían más de 10 años de haber sido reactivados.
En 2006 el entonces ministro de Turismo anunció también que recuperaría los establecimientos, y que pasarían a llamarse con "sus nombres originales": Guaicamacuto (Sheraton) y Gran Caribe (Meliá). La mujer afirmó además que formarían parte de un "complejo turístico de Caraballeda".
Un año después, en 2007, Titina Azuaje relanzó el plan de recuperación y además anunció que en el lugar se construiría la Universidad de Turismo. Nada pasó.
En 2009, cuando se cumplieron diez años de la tragedia, García Carneiro prometió que los hoteles abrirían sus puertas a finales del año siguiente. Pero en 2010 la situación era prácticamente la misma, y en 2011 el entonces ministro de la cartera, Alejandro Fleming, extendió el plazo de recuperación para el año 2013.
Hace nueve años, se anunció por primera vez el Complejo Hotelero Venetur Gran Caribe, un proyecto que uniría ambos hoteles y que hoy aún no ha sido inaugurado. Lo único que ha progresado hasta la fecha ha sido la demolición de ambos edificios.
En mayo de 2014, el entonces ministro de Turismo, Andrés Izarra, informó que Maduro realizó la entrega de 54 millones de dólares para iniciar los trabajos de recuperación de los hoteles Guaicamacuto y Caribe y de la Marina de Caraballeda, que pasarían a ser el Complejo Hotelero Gran Caribe, que contaría con 564 habitaciones cinco estrellas, un centro de convenciones, piscinas, cafés, restaurantes y áreas de esparcimiento. García Carneiro dijo que “pronto tendremos uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno revolucionario”.
En este video, transmitido por el canal del Estado hace un lustro, el 25 de octubre de 2014, Izarra insistía en la palabra "avance" y "recuperación". Decía entonces que sería "el mejor hotel de Venezuela" y lanzaba otro monto de inversión: dos millardos de bolívares otorgados por Nicolás Maduro. Y la promesa se actualizaba: la inauguración sería "en el último trimestre del año que viene" (2015).
En agosto de 2015, las obras tenían un avance del 90% en la fase de demolición, según afirmaban representantes del Sindicato Socialista de Trabajadores de la Construcción de Vargas (Sisoconstruvar), citados por el diario La Verdad. “Contará con 239 habitaciones renovadas por completo. Estamos trabajando con material de calidad; todo importado para que la obra sea duradera”, detallaba la sindicalista Mariwic Hidalgo.
El 17 de octubre de 2015, el gobernador García Carneiro dijo durante un programa en el canal Globovisión que en 2016 los hoteles ya estarían de nuevo en funcionamiento, cambiando la seña dada por Izarra. Y a finales de 2017 de nuevo movió la fecha hasta 2019.
Llegado ese año, en febrero, Stella Lugo de Montilla ocupaba el Ministerio de Turismo, y en esa condición declaró que en los siguientes 18 meses, el complejo turístico estaría listo “para potenciar la vocación turística de Vargas”. “El trabajo en el Complejo Venetur Gran Caribe no se ha detenido y avanza cumpliendo con lo planificado en el Ministerio de Turismo”, dijo.
En marzo de 2019, el propio Nicolás Maduro visitó el lugar, de nuevo acompañado por García Carneiro quien "le explicó" el avance de las obras, según el reporte de la televisora oficial. Y aventuró una nueva fecha de entrega de la obra: noviembre 2020.
"Estamos supervisando estas obras estructurales profundas. Los daños aquí fueron grandes cuando la vaguada y luego no habíamos podido dar pie con bola con un proyecto de recuperación verdadero", comentó el gobernante. En sus palabras, Maduro afirmó que los ingenieron le explicaron que "la limpieza estructural de la obra se ha completado y ahora viene toda la parte de reconstrucción y construcción".
Lugo fue destituida en agosto y Maduro nombró a Félix Plasensia como nuevo ministro de Turismo y Comercio Exterior. La promesa sobre los hoteles no ha sido modificada, por ahora.
Hoy, trece años después del primer anuncio hecho por el Ministerio del Turismo de rehabilitar los edificios y veinte años de la tragedia, las puertas de los olvidados hoteles Sheraton y Meliá siguen cerradas.

Lo que quedó en maqueta

La reconstrucción del Hotel Guaicamacuto también tiene intereses privados. La compañía The Harman Group, con sede en Philadelphi en Estados Unidos, muestra en su portafolio de proyectos en construcción la estructura ubicada en Caraballeda.


Afirma la empresa que brindó servicios de ingeniería estructural, y acompaña la exposición con una galería de cómo debería ser el Hotel Guaicamacuto una vez concluido.
La compañía tienen en su haber construcciones como el Ocean Resort Casino en Atlantic City y el Hyatt Centric Hotel de Philadelphia, entre muchas otras. De los 106 proyectos de su portafolio público, solo dos obras están fuera de Estados Unidos: el Hotel Guaicamacuto, en Venezuela, y el gimnasio de la Shanghai American School, en China.
Ni el gobernador Jorge Luis García Carneiro ni Nicolás Maduro han mencionado a esta empresa extranjera como parte de los trabajos que se realizan en el lugar hace más de una década.
Así quedaría el Hotel Guaicamacuto una vez concluido, según la contratista norteamericana The Harman Group

El olvido va más allá

Jesús Morales, director ejecutivo de Conseturismo, recuerda que tanto la Marina de Caraballeda como Los Caracas, una ciudad vacacional inaugurada en 1955, también están completamente abandonadas pese a las promesas de recuperación hechas por el chavismo.
Macuto, una ciudad ubicada muy cerca de los esqueletos de los dos hoteles olvidados por el chavismo, fue considerada en el pasado la ciudad balneario más importante del país, además de ser una de las zonas donde empezó a desarrollarse la actividad turística en Venezuela.
Fue ahí, en Macuto, donde el general Juan Vicente Gómez inauguró en 1928 el otrora lujoso Hotel Miramar, diseñado por el reconocido arquitecto venezolano Alejandro Chataing, y por donde pasaron celebridades como el cantante de tango Carlos Gardel.

Pero luego sus capacidades y servicios fueron superadas con creces por otros complejos hoteleros, principalmente el Sheraton y el Meliá. El Miramar, clasificado en abril de 1994 como Monumento Histórico Nacional, también se derrumba ante la indolencia y abandono del gobierno chavista, pese a las reiteradas promesas de recuperación.
En junio de 2011, Globovisión produjo este reportaje al respecto de la situación del Hotel Miramar. Y sigue allí, en ruinas.
En marzo de 2016, María del Valle de García, esposa del actual gobernador del estado Vargas Jorge Luis García Carneiro, fue designada como la responsable del plan de recuperación del deteriorado Paseo de Macuto, antes visto como el epicentro del turismo en la ciudad y donde aún se mantiene en pie el Miramar. “Vendrán equipos de patrimonio cultural, Ministerio de Cultura y Pdvsa La Estancia para evaluar el estado de los sitios históricos como la fuente, la escultura de Santa Ana y el Hotel Miramar para analizar su recuperación”, dijo entonces
Pero luego de algunas limpiezas como del varadero de los pescadores de Macuto, con el que inició la primera fase de recuperación del paseo, el gobierno regional volvió a descuidar la zona.
Hoy, el Miramar, como el Sheraton y el Meliá, forma parte de la serie de obras varguenses que el chavismo en veinte años no terminó rescató de la tragedia, y que quedaron como un monumento a la desidia, al abandono y a la corrupción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.