El enviado para Venezuela de la
administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que
China parece estar reduciendo el apoyo económico a Nicolás Maduro, y que
Pekín reconoció un papel decreciente en gran parte debido a las
sanciones de Washington contra la nación inscrita en la OPEP.
A medida que el rol económico de China
ha disminuido, Maduro y su régimen se están volviendo cada vez más
dependientes de Rusia y su gigante petrolero Rosneft como salvavidas
financiero para mantenerse en el poder, dijo a Reuters, Elliott Abrams,
representante especial de la administración Trump para Venezuela.
Abrams dijo que la participación de
China en Venezuela “está disminuyendo, no creciendo” debido a la
preocupación en aumento de Pekín por la mala gestión económica y la
corrupción del régimen de Maduro. Washington y decenas de otros países
han reconocido a Juan Guaidó, y no a Maduro, como el presidente
encargado y legítimo del país.
“Es principalmente su opinión que es un
desastre”, dijo Abrams sobre las dudas de Pekín y agregó que los
funcionarios chinos lo han expresado en privado.
Se negó a proporcionar detalles sobre
cómo China se había replegado en Venezuela, excepto que “no tenemos
conocimiento de nuevos préstamos o inversiones chinas en 2019”.
Pero cuando se le consultó sobre los
comentarios de Abrams, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China
dijo que después de décadas de crecientes lazos económicos,
“actualmente, China y Venezuela están deteniendo o ralentizando parte de
nuestra cooperación, principalmente por sanciones y otros factores”.
“Las sanciones son la causa fundamental
del deterioro de la vida cotidiana del pueblo venezolano. China insta a
los países relevantes a detener de inmediato las sanciones unilaterales
contra Venezuela”, dijo el Ministerio.
Los dos países habían establecido una
asociación económica a principios de la década de 2000 basada en la
necesidad de financiamiento del fallecido presidente Hugo Chávez y la
búsqueda desesperada de petróleo por parte de China a medida que
aumentaba su crecimiento económico.
Pero el crecimiento chino se estabilizó y
el crudo se volvió abundante después del colapso de los precios del
petróleo en 2014, por lo que China tuvo menos que ganar en la relación
con Venezuela. Se estima que Caracas, atrapado en una crisis económica,
le debe a Pekín casi 20.000 millones de dólares.
Ha habido una caída constante en el
financiamiento chino, con Pekín reacio a aprobar nuevos préstamos, desde
que la oposición venezolana asumió el control de la legislatura del
país en 2016.
Los comentarios de Pekín indican que es
probable que China continúe brindando apoyo diplomático a Maduro junto
con Rusia, incluso en las Naciones Unidas.
Abrams buscó resaltar los roles de China
y Rusia casi un año después de que la administración Trump brindó su
apoyo a Guaidó, quien en enero del 2019 invocó la constitución para
asumir una presidencia interina argumentando que la reelección de Maduro
en 2018 fue fraudulenta.
La capacidad de mantenerse en el poder
ha sido una fuente de frustración para Trump, dijeron funcionarios
estadounidenses en privado.
Sin embargo, Abrams insistió en que el
creciente rol de Rusia y su estatal petrolera Rosneft parecían ser el
resultado del impacto de las sanciones estadounidenses, que según él
había obligado a otros países y compañías a alejarse de Venezuela.
“Eso reduce la capacidad del régimen para ganar dinero”, dijo.
Cuando se le preguntó si Washington está
preparando sanciones relacionadas con Venezuela contra Rusia y Rosneft,
Abrams dijo que sus roles “continúan atrayendo mucha atención aquí”,
pero se negó a discutir cualquier medida específica.
Reuters
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