A Raiza* le detectaron un carcinoma de endometrio
a mediados del año pasado. A sus 66 años de edad había experimentado un
sangramiento post menopaúsico que la obligó a acudir a un especialista
que confirmó, tras varios exámenes, un carcinoma metastásico a nivel de
la cervical.
Raylí Luján / La Patilla
El
oncólogo sugirió de inmediato un tratamiento que contemplaba, en
principio, un ciclo de seis quimioterapias cada 21 días. Pese a los
altos costos que ello representaba en las principales clínicas de
Caracas, sus sobrinos y demás familiares estaban dispuestos a asumirlo. No imaginaban que el peor proceso vendría luego, cuando Raiza necesitara su primera transfusión de sangre.
Para la
cuarta quimioterapia, la hemoglobina le bajó a 8.1. Seguir con el ciclo
se tornaba riesgoso y su médico tratante sugirió que Raiza recibiera dos
unidades de sangre.
El
Centro Médico de Caracas en San Bernardino fue el primer lugar al que
asistió en búsqueda de presupuesto. 800 dólares era el monto que
solicitaban por dos unidades de sangre de 400ml y cuatro donantes.
En otras
clínicas privadas como el Urológico de San Román, la Clínica
Metropolitana y el Hospital de Clínicas Caracas, el costo por dos
unidades de sangre se ubicaba entre los 600$ y 1.200$.
En medio
de la desesperación, los familiares y amigos decidieron consultar con
conocidos en centros públicos. Un doctor del Hospital Vargas se ofreció a
hacerle la transfusión siempre que llevarán a los dos donantes que se
requerían.
Al
Hospital Vargas le distribuye el Banco Municipal de Sangre, que a su vez
también proporciona unidades a la Maternidad Concepción Palacios y el
Hospital de Niños J.M. de los Ríos. Los donantes que reciben son puntuales para pacientes que ya son atendidos en estos centros y el procedimiento es por demás dificultoso.
Los
donantes deben llegar antes de las 7 de la mañana, preferiblemente entre
las 4:30am y 6:00am. Solo entregan 50 números de lunes a jueves y los
viernes 30 números. Quienes acuden allí deben esperar pacientemente que
les toque su turno.
De 200
bioanalistas que deberían operar en el lugar solo quedan 15. Ante la
falta de personal, en ocasiones, cierran sus puertas al público en
horario laboral para dedicarse únicamente a procesar la sangre.
En el
Banco Municipal de Sangre, de acuerdo a una hemoterapista que prefirió
no ser identificada, se han perdido donaciones de sangre por falta de
reactivos para realizar la serología. Una bolsa puede durar hasta 35 días, de lo contrario, se mueren los glóbulos rojos.
Estas
advertencias no detuvieron a la familia de Raiza. Decidieron arriesgarse
con varios donantes para lograr cumplir con las unidades que necesitaba
para continuar con su tratamiento.
“Quién
va a donar sangre hoy, es porque quiere mucho al paciente”, dijo uno de
los presentes frente a la institución municipal alrededor de las 6:15 de
la mañana. Tenía el número 23. Ese día pudo donar tras varias horas de
espera.
Otros no
corrieron con la misma suerte. Eran rechazados por no contar con el
peso requerido, por tensión alta o por la hemoglobina baja. Las mujeres
deben tenerla por encima de 12.5 y los hombres de 13.5.
Una trabajadora le comentó a la sobrina de Raiza que las autoridades
han tomado medidas extremas luego de conocerse que algunas unidades de
sangre habían sido extraídas para ser revendidas. No aclaró qué
decisiones se tomaron en torno a ello, pero si dejó claro que existía
la posibilidad de que las donaciones se perdieran.
Tras
cumplir con los donantes, ya Raiza estaba lista para la transfusión al
día siguiente en la emergencia del Hospital Vargas. Su familia esperó
dos horas para poder ingresarla.
Raiza
fue trasladada a un cuarto con sillas de aluminio oxidadas y manchadas
de sangre. Otros pacientes le acompañaban. El médico que les atendió le
pidió a la enfermera tomarle la vía. Su sobrina tuvo que comprar algunos
insumos para el proceso en la farmacia cercana. Esperaron desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde. La sangre nunca llegó.
Una de
las respuestas, ya en el horario vespertino, fue que no había personal
en el banco de sangre. Se retiraron y volvieron al día siguiente. Esta
vez ingresó por el área de cirugía, donde les tocó buscar una camilla
con colchón entre 20 que habían, de las cuales solo 3 estaban completas.
La transfusión se realizó bajo la supervisión de uno de los familiares
de Raiza, a quien el médico le explicó cómo encargarse.
Raiza
necesitaba más sangre pero su familia decidió buscar otras opciones tras
lo vivido en los últimos días. Se toparon con la Clínica Luis Razetti
en La Candelaria. El costo por unidad de sangre era de 80 dólares además del donante. Hicieron el esfuerzo y Raiza pudo culminar su ciclo de quimioterapias.
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