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jueves, 10 de septiembre de 2020

Sanciones, crisis y democracia: Las razones del interés de Venezuela con EEUU

 


Los partidarios de la oposición de Venezuela marchan con una bandera nacional venezolana desde la sede del programa de desarrollo de la ONU hasta la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Caracas el 5 de julio de 2019, durante el aniversario de la Independencia de Venezuela. (Foto por Yuri CORTEZ / AFP)

 

Venezuela, abatida por una crisis política y económica de larga data, está lejos de ser indiferente a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en Estados Unidos, un país que es faro de la política exterior hemisférica y clave en visibilizar y promover acciones que buscan poner fin a los severos desafíos que enfrenta la nación sudamericana.

Por Adriana Núñez Rabascall, Gustavo Ocando Alex / voanoticias.com


El resultado de las elecciones entre el aspirante a la reelección, el republicano Donald Trump, y su rival demócrata, el exvicepresidente Joe Biden, tendrá una influencia directa en el devenir político venezolano, concluyen analistas.

La atención del ciudadano común en ciudades como Maracaibo y Caracas a los candidatos de los partidos del elefante y del burro es, sin embargo, vino de otro tonel.


“Esas elecciones sí afectan [a Venezuela]. Representan el modelo democrático por excelencia, con un sistema de partidos muy fuerte y es visto como un modelo de vida política”, explica en conversación con la Voz de América.
Desde hace un siglo, la explotación petrolera, la migración y asuntos culturales -como el deporte o el cine- llevaron a que Venezuela entendiese y se interesara en la democracia estadounidense, explica el experto en asuntos electorales y politólogo de la Universidad Rafael Urdaneta, Gustavo Adolfo Soto.

Las relaciones entre ambos países se remontan a sus tiempos independentistas, especifica, y fueron notoriamente “fructíferas” desde 1958, cuando Venezuela migró de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez a la democracia.

La preponderancia de Estados Unidos se ratificó en enero de 2019, cuando la Casa Blanca fue la primera en reconocer a Juan Guaidó, presidente del Parlamento, como presidente interino de Venezuela, en detrimento de Nicolás Maduro.

Antonio Rodríguez Yturbe, analista político e historiador, refrenda que Venezuela está lejos de ser el eje central de la política exterior norteamericana, pero sí entra en juego al tasar su influencia en la inestabilidad del continente.

“La región latinoamericana tiene un factor de desajuste en Venezuela porque se ha convertido en el centro del narcotráfico internacional”, expone.

A su entender, están en juego dos posiciones con respecto a Venezuela: la demócrata, similar a la gestión de Barack Obama con respecto a Cuba; y la republicana, “más clara” contra lo que llama “dictaduras anacrónicas”.

Soto, por su parte, resalta como un valor de Biden que es miembro del establishment político estadounidense, con 49 años de experiencia en este campo y conocedor de la clase obrera. Entre sus debilidades como candidato, subraya su avanzada edad, 77 años, y su eventual desconexión con el voto joven.

Asegura que los venezolanos interpretan a Trump como un presidente “controversial, amante de las redes sociales, líder de un movimiento patriota” y que se ha convertido en el principal valedor de Guaidó y sus aliados.

De sus fragilidades como aspirante a la reelección, nota como un desafío el perjuicio de la COVID-19 a su política económica nacional e internacional.

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