LA HABANA (Reuters) - El poderoso huracán Paloma arremetía el domingo contra Cuba, arrancando árboles, dañando casas y cortando las comunicaciones, luego de que llegó a la cosa con vientos de hasta 195 kilómetros por hora.
Paloma, la tercera gran tormenta que azota la isla este año, llegó a ser un peligroso huracán categoría 4 con vientos de hasta 233 kilómetros por hora cuando pasó por las Islas Caimán, donde arrancó los techos de algunas casas e inundó las calles antes de dirigirse a Cuba.
La tormenta, que llegó a Cuba como un huracán categoría 3, perdió fuerza y alcanzó la categoría 2 con vientos máximos sostenidos de 160 kilómetros por hora a las 0600 GMT, mientras avanzaba por la isla hacia el Atlántico, dijeron meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Los científicos esperan que Paloma siga debilitándose durante los próximos días, incluso después de que abandone la isla y se dirija a las Bahamas.
La televisión estatal cubana mostró imágenes de la evacuación de estudiantes y las labores de resguardo de alimentos almacenados en las provincias del centro y el oriente del país.
El río Hatibonico, que atraviesa la provincia de Camagüey, estaba creciendo, dijo la televisión estatal, pero aún no se reportan inundaciones.
La comunicación telefónica quedó interrumpida en algunas áreas de la ciudad de Santa Cruz del Sur, después que el viento derribara la torre principal de la Empresa de Telecomunicaciones de la isla, dijo la televisión estatal.
Paloma es el tercer huracán que golpea la isla este año y llega 76 años después que un ciclón similar dejó unas 3.000 personas muertas en la zona, el 9 de noviembre de 1932.
"Esto mete miedo. Yo estoy a dos kilómetros del mar pero el aire es muy fuerte, está soplando duro aquí", dijo a Reuters por teléfono José Mariño, un jubilado de 73 años que vive en Santa Cruz del Sur.
Se esperaba que Paloma generara una elevación de las aguas de entre 6 y 7 metros en la isla, según meteorólogos en Estados Unidos.
"Casi no puedo abrir las ventanas pero puedo ver que algunas palmas pequeñas de los alrededores se han caído ya", dijo Mirtha, de 28 años, que permanecía movilizada en la sede del Partido Comunista de Santa Cruz del Sur.
Paloma es el segundo huracán de mayor potencia registrado en la historia en un mes de noviembre.
En Cuba, más de un millón de personas fueron evacuadas en albergues o casas de familiares para evitar muertes.
UN NUEVO HURACAN
Paloma es el tercer ciclón que golpea a Cuba. Entre el 30 de agosto y el 10 de septiembre arremetieron contra la isla los potentes huracanes Ike y Gustav, que dejaron pérdidas de más de 8.000 millones de dólares, incluyendo la destrucción del 30 por ciento de los cultivos y más de 450.000 viviendas, según informes oficiales.
"Hace una semana reparé el techo que Ike me destruyó, sería como para gritar si la Paloma esta vuelve a romperlo, no quiero ni pensar en eso", dijo Artemio González, un constructor de la oriental provincia de Las Tunas.
Cuba, cuyo sistema de Defensa Civil es elogiado por su efectividad para enfrentarse a los fenómenos meteorológicos, ha evacuado en las últimas horas a cientos de miles de personas de zonas bajas con peligro de inundación.
El convaleciente líder cubano Fidel Castro, que rechazó el sábado una eventual ayuda de su enemigo Estados Unidos antes de que fuera ofrecida y pidió el levantamiento del embargo comercial que dura 46 años, dijo que muchos cubanos podrían vivir una situación similar a la ocasionada por Ike Y Gustav.
"En muchos sitios donde las familias esperaban y recibían materiales para las viviendas (...) otra vez volverán a vivir en parte la misma experiencia", sostuvo Castro en un artículo publicado el sábado por la prensa estatal.
Paloma, la tercera gran tormenta que azota la isla este año, llegó a ser un peligroso huracán categoría 4 con vientos de hasta 233 kilómetros por hora cuando pasó por las Islas Caimán, donde arrancó los techos de algunas casas e inundó las calles antes de dirigirse a Cuba.
La tormenta, que llegó a Cuba como un huracán categoría 3, perdió fuerza y alcanzó la categoría 2 con vientos máximos sostenidos de 160 kilómetros por hora a las 0600 GMT, mientras avanzaba por la isla hacia el Atlántico, dijeron meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Los científicos esperan que Paloma siga debilitándose durante los próximos días, incluso después de que abandone la isla y se dirija a las Bahamas.
La televisión estatal cubana mostró imágenes de la evacuación de estudiantes y las labores de resguardo de alimentos almacenados en las provincias del centro y el oriente del país.
El río Hatibonico, que atraviesa la provincia de Camagüey, estaba creciendo, dijo la televisión estatal, pero aún no se reportan inundaciones.
La comunicación telefónica quedó interrumpida en algunas áreas de la ciudad de Santa Cruz del Sur, después que el viento derribara la torre principal de la Empresa de Telecomunicaciones de la isla, dijo la televisión estatal.
Paloma es el tercer huracán que golpea la isla este año y llega 76 años después que un ciclón similar dejó unas 3.000 personas muertas en la zona, el 9 de noviembre de 1932.
"Esto mete miedo. Yo estoy a dos kilómetros del mar pero el aire es muy fuerte, está soplando duro aquí", dijo a Reuters por teléfono José Mariño, un jubilado de 73 años que vive en Santa Cruz del Sur.
Se esperaba que Paloma generara una elevación de las aguas de entre 6 y 7 metros en la isla, según meteorólogos en Estados Unidos.
"Casi no puedo abrir las ventanas pero puedo ver que algunas palmas pequeñas de los alrededores se han caído ya", dijo Mirtha, de 28 años, que permanecía movilizada en la sede del Partido Comunista de Santa Cruz del Sur.
Paloma es el segundo huracán de mayor potencia registrado en la historia en un mes de noviembre.
En Cuba, más de un millón de personas fueron evacuadas en albergues o casas de familiares para evitar muertes.
UN NUEVO HURACAN
Paloma es el tercer ciclón que golpea a Cuba. Entre el 30 de agosto y el 10 de septiembre arremetieron contra la isla los potentes huracanes Ike y Gustav, que dejaron pérdidas de más de 8.000 millones de dólares, incluyendo la destrucción del 30 por ciento de los cultivos y más de 450.000 viviendas, según informes oficiales.
"Hace una semana reparé el techo que Ike me destruyó, sería como para gritar si la Paloma esta vuelve a romperlo, no quiero ni pensar en eso", dijo Artemio González, un constructor de la oriental provincia de Las Tunas.
Cuba, cuyo sistema de Defensa Civil es elogiado por su efectividad para enfrentarse a los fenómenos meteorológicos, ha evacuado en las últimas horas a cientos de miles de personas de zonas bajas con peligro de inundación.
El convaleciente líder cubano Fidel Castro, que rechazó el sábado una eventual ayuda de su enemigo Estados Unidos antes de que fuera ofrecida y pidió el levantamiento del embargo comercial que dura 46 años, dijo que muchos cubanos podrían vivir una situación similar a la ocasionada por Ike Y Gustav.
"En muchos sitios donde las familias esperaban y recibían materiales para las viviendas (...) otra vez volverán a vivir en parte la misma experiencia", sostuvo Castro en un artículo publicado el sábado por la prensa estatal.
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