El año pasado la lista de espera de
niños con cardiopatías congénitas que recibió la subcomisión de Salud de
la Asamblea Nacional, que necesitaban ser operados era de 5.000
pacientes. Hasta la fecha nada ha cambiado para salvar las vidas de
estos niños.
El Cardiológico Infantil
Latinoamericano, que se fundó en 2006, tiene centralizados los recursos
para atender a estos pacientes, mientras que los otros servicios ya no
pueden atender estos casos complicados por falta de presupuesto.
Con base en los datos del censo de
2011, cada año nacen 600.000 niños, de los cuales 6.000 presentan
cardiopatías, y la cifra va en aumento. Cada año 3.600 niños necesitan
ser operados y 1.200 de los cuales son casos urgentes que no pueden
esperar más de un año para ser atendidos.
Este hospital, que prometió atender
4.000 casos al año, solo tiene dos cirujanos cardiovasculares. Hasta
junio de 2016 atendió 10.446 casos, pero en promedio, hasta el año 2012
solo logró intervenir a 1.200 pacientes durante el año; es decir, que
solo se atiende a 33% de lo requerido. Luego comenzó un declive y su
última actualización de datos del año pasado solo se refiere a 265
pacientes intervenidos en los primeros 6 meses.
La escasa operatividad se debe al
poco personal y que uno de sus dos especialistas estuvo enfermo por
meses y solo funciona una de las tres salas de Hemodinamia. Sin embargo,
esa única sala para hacer cateterismos –procedimiento menos invasivo
para hacer diagnóstico o tratamiento– estuvo tres meses inoperativa,
porque el aparato de aire acondicionado no servía.
Todos los casos que llegan al
Cardiológico Infantil en Caracas deben tener el aval de la directora
Isabel Iturriza para ser atendidos. Las madres aseguran que solo se está
reduciendo la lista de los niños que necesitan una sola operación, pero
si requieren más de un procedimiento solo se atiende a un paciente a la
vez. Una vez que el niño es dado de alta es cuando se cita al próximo,
por lo que la agonía es larga.
Veruska Avendaño tuvo que irse al
Hospital de Niños de Boston, en Estados Unidos, luego de hacer una
jornada larga para recaudar fondos porque su hijo fue desahuciado por la
directora del Cardiológico cuando tenía dos años de edad. Hoy, dos años
después de ese diagnóstico, se prepara para su tercera cirugía y está
progresando, relata su madre que ahora celebra los 4 años de edad del
niño.
Otra madre, que teme revelar su
identidad, denuncia que le atienden a su niño con el argumento de que la
prioridad la tienen quienes llevan cinco años aguardando.
Se desconoce la cifra de bebés que
mueren en espera de la operación del corazón, pero la Sociedad de Padres
de Niños Cardiópatas denunció que solo en el estado Zulia fallecieron
40 niños en 2016 y en lo que va de año otros 7 murieron sin ser
atendidos. En contraposición, operaron a 50 pacientes en un año de los
500 que están en lista de espera en esta entidad.
Poco capital humano. Los
médicos especialistas en cirugía cardiovascular pediátrica integran un
personal capacitado en extinción y sin generación de relevo. Se necesita
invertir 12 años en formación: 6 años para ser médico general luego
otros 3 para estudiar Cirugía General o Pediátrica, y luego otros 3 o 4
años, dependiendo de la institución, para ser cirujano cardiovascular.
Jorge Sanjinés, jefe del Servicio de
Cirugía Cardiovascular del J. M. de los Ríos, explica que en el país hay
solo 10 médicos activos capacitados, de los cuales 4 están en el
Hospital de Niños, en Caracas, y 3 de ellos se jubilarán el año próximo.
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