Coba y coba con los pueblos originarios…

Abrumados por tanta papa y jolgorio, con la barriga llena y el bolsillo contento regresaron a sus países, más de veinte según la propaganda oficial, los participantes en el congreso internacional de los pueblos originarios, otra fehaciente demostración de que el fantasioso decir y actuar del régimen se distancian cada día más de la cruda realidad.


Qué bueno hubiera sido que esos delegados supieran que detrás de la cotorra oficial se esconden las desgracias que están diezmando a los pueblos originarios de por aquí.  Que  por ejemplo, la diarrea, la desnutrición, el  paludismo y las intoxicaciones están causando muertes entre los niños de la comunidad Jivi, al sur del país, según lo informa el observatorio de derechos indígenas Kapé Kapé. Que lo mismo pasa con los waraos en el Municipio Pedernales, en el extremo este donde el Orinoco desemboca en el Caribe.
Los misioneros de la zona, samaritanos que los auxilian con comida y medicamentos, les entregan mosquiteros para protegerlos de la plaga, pero el hambre los lleva  a utilizarlos como redes para pescar camarones o lo que se presente. La GN los dota de cartuchos para escopeta y los hacen cazar báquiros y venados a cambio de una miseria, pero que ellos contrabandean a dólares en la isla de Trinidad. ¿Qué más se puede decir de la GN, que no sea que su deshonor nos horroriza? Y el Ministerio del Ambiente ciego, sordo y mudo. En fin,  por la vía que va la revolución exterminará a los pueblos originarios…