AUDIENCIA El viernes liberaron 50 jóvenes, 31 con medidas
“¡No queremos violencia!”, gritó, amenazante, un miembro de las Águilas Rojas, que iba en moto junto a otros tres a la familia de los estudiantes detenidos en los campamentos, ubicados en Las Mercedes, Francisco Miranda y plaza Bolívar de Chacao. “¡No caigamos en provocaciones!”, fue la orden.
Las madres llegaron a la esquina de Velásquez, en Libertador, bien temprano, a las 7:00 am, pero fue a partir de las 8:30 am cuando llegaron los buses que venían del CORE 5 de la Guardia Nacional al palacio de Justicia. La primera audiencia, que comenzó a las 9:00 am, correspondió al grupo de detenidos en la plaza Sadel, Las Mercedes, unos 40. La segunda tanda incluyó a los 120 jóvenes que protestaban al frente de la ONU, y se inició a las 2:15 pm.
“La lista original era de 127, pero desconocemos qué pasó con los 7. Este es un proceso inédito, porque antes el número oscilaba entre 30 y 40, y ahora supera los 200. Esto implica que el proceso será largo”, explicó el coordinador del Foro Penal, Alfredo Romero, a los parientes, concentrados en la esquina de Velásquez, bajo una pertinaz lluvia que cayó sobre Caracas.
La lista bajó, según familiares, porque había allegados a personeros de gobierno en los campamentos; incluso se menciona que se trataría de familiares de militares de alto rango. La madrugada del sábado fueron liberados 50 de 246 que agarraron en los campamentos; 31 con medidas de presentación cada 15 días, con prohibición de salida del país. Los jueces sesionaron hasta el sábado a la 1:00 am.
A pesar de la lluvia, las amenazas y la angustia, los padres permanecían en el sitio a la espera de una buena noticia; mientras, el perímetro del palacio de Justicia está custodiado por grupos antímotines de la Guardia Nacional, que portan una especie de arpón, el cual sirve para tirárselo a las personas y provocar sus caídas. A las 1:48 pm, María Corina Machado, con capucha negra, llegó de sorpresa al lugar; abrazó a las madres: “¡No tenemos miedo! Ya el mundo sabe cómo la dictadura trata a los jóvenes; en Canadá denuncié las agresiones. Fuerza”.
Clorinda Maiuri, madre de Camila Márquez Maiuri, afirmó: “¡No vamos a abandonar la lucha! Mi hija solo cumplía su jornada de ayuda asistencial a los estudiantes! Hoy no desayunaron; solo les enviamos agua y ropa intíma”.
María Eugenia González, madre de dos hijos que asistió en apoyo, afirmó: “¡No nos vamos a callar, nos tendrán que llevar presos a todos pero la democracia hay que recuperarla! Callarán una voz y saldrán miles”.
Eneida Faría, madre de un joven especial, de 23 años de edad, que estudia por parasistemas: “¡No sabía que mi hijo estaba en los campamentos; él salía a clase y luego a manifestar en forma pacífica! Lo llevaron al CORE 5”.